Tercer capitulo del especial Producir carne eficientemente en el Trópico. Aquí encontrará una serie de recomendaciones que conlleven a que cada vaca genere un ternero por año y no cada año.
Como generalidad, las ganaderías son empresas familiares que se administran y controlan de acuerdo a la visión, reglas y lineamientos del o los fundadores, mismas que en la mayoría de los casos constituyen una gran fuente de inspiración para sus sucesores y motor impulsor para mantener el negocio; ahora bien, si se observa un poco el entorno, es muy fácil evidenciar una multitud de empresas familiares de diferentes tamaños y alcances, colocando este hecho como un punto de partida para la siguiente reflexión: toda empresa familiar tiene el poder de evolucionar en su quehacer, objetivos y metas independientemente de su origen.
Amancio Ortega, quien según la revista Forbes es uno de los empresarios más exitosos del mundo, sostiene que “El crecimiento constante [empresarial] es el mejor mecanismo de supervivencia” y aun cuando su rama de negocios es el área textil, esta declaración no es excluyente al mundo ganadero.
En términos operacionales las opciones de crecimiento empresarial se concentran en: 1) incrementar los ingresos, 2) optimizar los costos de producción, 3) reducir los gastos, y 4) realizar inversiones de capital, siendo válidas todas las combinaciones posibles entre ellas para alcanzar el máximo crecimiento empresarial.
Considerando las opciones anteriores, la empresa ganadera es un reto de gran interés en su proceso evolutivo, ya que sus activos principales (los ganados) por considerarse “activos biológicos” no mantienen constantes sus desempeños en el tiempo, ni pueden ser evaluados bajo la forma tradicional aritmética de sumas y restas.
En términos del incremento de ingresos como factor de crecimiento, todas las acciones que conlleven a que cada vaca genere un ternero por año y no cada año, que éste sea más pesado y que gane más peso, será retribuido positivamente y diluirá los costos de producción potenciando la eficiencia del sistema.
En referencia a los costos de producción, estos “activos biológicos” deben ser sometidos a un sistema de costeo diferente, pudiendo llegar a ser diario ya que todos los vientres tienen requerimientos diferentes que generan un costo variable; adicionalmente, existen costos fijos de producción que son comunes para todos los animales de la finca, como por ej. fertilizantes, combustibles, lubricantes, entre otros, que son necesarios para la producción y que deben ser divididos entre el total de los ganados para poder asignarle a cada animal la fracción de éstos dentro de su costo individual. En palabras sencillas, cada animal debe pagar con producción sus costos anuales, el bolsillo del ganadero no debe subsidiar a ningún animal dentro de la finca.
Reducir los gastos, es tanto una definición de conceptos como una acción, esto es fácilmente evidenciable mediante el siguiente ejemplo: en una finca de cría, la electricidad se considera un gasto porque la misma no es esencialmente requerida para la producción de carne, pero en el caso de una finca lechera con sala de ordeño y tanque de enfriamiento, la electricidad debe contemplar una parte como costo de producción asignándole una fracción de este costo a cada vaca quien lo paga con la leche, y una parte como gasto asumido por la empresa.
Es muy común que exista confusión entre costos y gastos en algunos rubros y tomando a la salud (medicinas y vacunas) como ejemplo, en términos generales, una finca de carne sistematizada con monta estacionaria, el programa completo de salud integral de hato está en un rango de 3%-7% del total de los costos de producción, siendo la alimentación el mayor costo de producción y los salarios el mayor gasto.
En referencia a las inversiones de capital, estas contemplan todas aquellas inyecciones de dinero o de funcionalidades (instalaciones, equipos, etc.) que tienen el fin de generar más ingresos luego de haber sido retornadas todas las inversiones. Para realizar estas inversiones de capital es clave realizar ejercicios con miras a determinar el Punto de Equilibrio (momento en el cual los ingresos totales son iguales a los costos totales) y el Retorno de la Inversión (ROI) que no es más que la ganancia derivada de la inversión del capital.
Desde otra perspectiva meramente financiera, toda empresa consta de una columna de “activos”, una columna de “pasivos” y de un “patrimonio”, los cuales forman las bases para la prosperidad y la salud financiera de la empresa; al observar esta constitución en el marco de la empresa ganadera, se presentan algunos matices grises que potencian algunas ineficiencias. En concepto, los activos son todos aquellos bienes que se convierten en dinero o liquidez, clasificándose en activos fijos los que son utilizados para el negocio, y los activos circulantes los que se espera generen ingresos en el periodo de un (1) año.
Sobre la base de las definiciones anteriores, las instalaciones de una finca son activos fijos necesarios para la producción, es decir, son utilizados para el negocio y deben ser depreciados contablemente durante un tiempo determinado para que puedan ser reemplazados; en su contraste, una vaca de carne en producción (preñada, con ternero al pie o habiéndolo destetado dentro de los 12 meses anteriores) es considerada un activo circulante porque está generando dinero dentro del sistema. Es decir, ella ofrece un producto potencialmente comercializable; de igual forma, al ser descartada el ingreso producto de su carne es una capitalización del activo y genera flujo de efectivo.
En caso contrario, un pasivo es toda obligación, deuda, o compromiso de pago durante un plazo determinado, sobre este concepto, toda vaca de carne improductiva (no preñada, ni con ternero al pie, ni habiéndolo destetado dentro del periodo de los 12 meses previos) se convierte en un pasivo que consume recursos sin generar un ingreso, ahora bien esta vaca si se descarta oportunamente, deja de consumir recursos, se convierte en activo y genera flujo de caja.
En el sistema de producción de carne, una hembra de levante (vientre de reemplazo) se considera una inversión de capital hasta su primer parto (36 meses), momento en el que potencialmente genera un ingreso con un producto comercializable (ternero) el cual amortiza la inversión realizada durante su levante. Como ejemplo, en explotaciones de cría bien establecidas, con sistemas de monta estacionaria, donde las vacas son desafiadas a un alto nivel de producción y con sistemas de selección consistentes sobre hembras improductivas, se estima que una hembra retorna la inversión hecha en su levante con el nacimiento de su segunda cría (Llamozas, 2010).
En este ejercicio financiero sobre la empresa ganadera, el patrimonio está constituido por todos los aportes monetarios (ej. dinero) y de bienes (ej. tierras, maquinarias) para la constitución y funcionamiento de la empresa, los que además son las garantías para otras operaciones de financiamiento (ej. prestamos), y según la Ley de la Igualdad del Activo y Pasivo, el valor del activo deberá ser igual al valor del pasivo más el patrimonio, esta relación se expresa en el Balance General y muestra la salud de la empresa.
Finalmente, es muy difícil separar estos aspectos financieros en la empresa ganadera de la dinámica de los mercados cárnicos; es claro que el mundo se mueve en función de la oferta y la demanda, y sobre esta situación, los productos considerados commodities son aún más sensibles y volátiles, y de lo que nadie puede escaparse.
Pese a lo anterior, la FAO estima que para el año 2026 se requerirán de 2.450 a 3.000 Kcal por habitante para una población mundial que crecerá 12%, y en el caso de la producción de carne se prevé una presión mayor sobre la productividad individual para asegurar el suministro; en palabras simples, es necesario mejorar la reproducción de las vacas alcanzando al menos un 70% de preñez sobre el total de vientres aptos, asegurar una parición al menos de un 95% de las vacas preñadas, disminuir las perdidas parto-destete ya que impactan directamente en los costos de producción, seleccionar por habilidad materna y ganancia diaria de peso, erradicar el subsidio de vacas improductivas por parte de las vacas productivas y el bolsillo del ganadero, afianzar los sistemas cárnicos sobre los programas de salud integral y la producción de comida para los rebaños, ofertar mayor cantidad de kilos de carne al mercado, producida más eficientemente y a menor costo real.
Todas estas acciones puntuales requieren más voluntad y deseos de cambios que otro tipo de inversiones, crear un sistema de producción de carne predecible y controlable en Colombia es cuestión de tiempo, las herramientas claves como la tierra, el clima, el rebaño y sobre todo el capital humano ya están presentes, solo resta armar adecuadamente a la empresa ganadera. ¡Colombia y su gente pueden con el reto!.
Como generalidad, las ganaderías son empresas familiares que se administran y controlan de acuerdo a la visión, reglas y lineamientos del o los fundadores, mismas que en la mayoría de los casos constituyen una gran fuente de inspiración para sus sucesores y motor impulsor para mantener el negocio; ahora bien, si se observa un poco el entorno, es muy fácil evidenciar una multitud de empresas familiares de diferentes tamaños y alcances, colocando este hecho como un punto de partida para la siguiente reflexión: toda empresa familiar tiene el poder de evolucionar en su quehacer, objetivos y metas independientemente de su origen.
Amancio Ortega, quien según la revista Forbes es uno de los empresarios más exitosos del mundo, sostiene que “El crecimiento constante [empresarial] es el mejor mecanismo de supervivencia” y aun cuando su rama de negocios es el área textil, esta declaración no es excluyente al mundo ganadero.
En términos operacionales las opciones de crecimiento empresarial se concentran en: 1) incrementar los ingresos, 2) optimizar los costos de producción, 3) reducir los gastos, y 4) realizar inversiones de capital, siendo válidas todas las combinaciones posibles entre ellas para alcanzar el máximo crecimiento empresarial.
Considerando las opciones anteriores, la empresa ganadera es un reto de gran interés en su proceso evolutivo, ya que sus activos principales (los ganados) por considerarse “activos biológicos” no mantienen constantes sus desempeños en el tiempo, ni pueden ser evaluados bajo la forma tradicional aritmética de sumas y restas.
En términos del incremento de ingresos como factor de crecimiento, todas las acciones que conlleven a que cada vaca genere un ternero por año y no cada año, que éste sea más pesado y que gane más peso, será retribuido positivamente y diluirá los costos de producción potenciando la eficiencia del sistema.
En referencia a los costos de producción, estos “activos biológicos” deben ser sometidos a un sistema de costeo diferente, pudiendo llegar a ser diario ya que todos los vientres tienen requerimientos diferentes que generan un costo variable; adicionalmente, existen costos fijos de producción que son comunes para todos los animales de la finca, como por ej. fertilizantes, combustibles, lubricantes, entre otros, que son necesarios para la producción y que deben ser divididos entre el total de los ganados para poder asignarle a cada animal la fracción de éstos dentro de su costo individual. En palabras sencillas, cada animal debe pagar con producción sus costos anuales, el bolsillo del ganadero no debe subsidiar a ningún animal dentro de la finca.
Reducir los gastos, es tanto una definición de conceptos como una acción, esto es fácilmente evidenciable mediante el siguiente ejemplo: en una finca de cría, la electricidad se considera un gasto porque la misma no es esencialmente requerida para la producción de carne, pero en el caso de una finca lechera con sala de ordeño y tanque de enfriamiento, la electricidad debe contemplar una parte como costo de producción asignándole una fracción de este costo a cada vaca quien lo paga con la leche, y una parte como gasto asumido por la empresa.
Es muy común que exista confusión entre costos y gastos en algunos rubros y tomando a la salud (medicinas y vacunas) como ejemplo, en términos generales, una finca de carne sistematizada con monta estacionaria, el programa completo de salud integral de hato está en un rango de 3%-7% del total de los costos de producción, siendo la alimentación el mayor costo de producción y los salarios el mayor gasto.
En referencia a las inversiones de capital, estas contemplan todas aquellas inyecciones de dinero o de funcionalidades (instalaciones, equipos, etc.) que tienen el fin de generar más ingresos luego de haber sido retornadas todas las inversiones. Para realizar estas inversiones de capital es clave realizar ejercicios con miras a determinar el Punto de Equilibrio (momento en el cual los ingresos totales son iguales a los costos totales) y el Retorno de la Inversión (ROI) que no es más que la ganancia derivada de la inversión del capital.
Desde otra perspectiva meramente financiera, toda empresa consta de una columna de “activos”, una columna de “pasivos” y de un “patrimonio”, los cuales forman las bases para la prosperidad y la salud financiera de la empresa; al observar esta constitución en el marco de la empresa ganadera, se presentan algunos matices grises que potencian algunas ineficiencias. En concepto, los activos son todos aquellos bienes que se convierten en dinero o liquidez, clasificándose en activos fijos los que son utilizados para el negocio, y los activos circulantes los que se espera generen ingresos en el periodo de un (1) año.
Sobre la base de las definiciones anteriores, las instalaciones de una finca son activos fijos necesarios para la producción, es decir, son utilizados para el negocio y deben ser depreciados contablemente durante un tiempo determinado para que puedan ser reemplazados; en su contraste, una vaca de carne en producción (preñada, con ternero al pie o habiéndolo destetado dentro de los 12 meses anteriores) es considerada un activo circulante porque está generando dinero dentro del sistema. Es decir, ella ofrece un producto potencialmente comercializable; de igual forma, al ser descartada el ingreso producto de su carne es una capitalización del activo y genera flujo de efectivo.
En caso contrario, un pasivo es toda obligación, deuda, o compromiso de pago durante un plazo determinado, sobre este concepto, toda vaca de carne improductiva (no preñada, ni con ternero al pie, ni habiéndolo destetado dentro del periodo de los 12 meses previos) se convierte en un pasivo que consume recursos sin generar un ingreso, ahora bien esta vaca si se descarta oportunamente, deja de consumir recursos, se convierte en activo y genera flujo de caja.
En el sistema de producción de carne, una hembra de levante (vientre de reemplazo) se considera una inversión de capital hasta su primer parto (36 meses), momento en el que potencialmente genera un ingreso con un producto comercializable (ternero) el cual amortiza la inversión realizada durante su levante. Como ejemplo, en explotaciones de cría bien establecidas, con sistemas de monta estacionaria, donde las vacas son desafiadas a un alto nivel de producción y con sistemas de selección consistentes sobre hembras improductivas, se estima que una hembra retorna la inversión hecha en su levante con el nacimiento de su segunda cría (Llamozas, 2010).
En este ejercicio financiero sobre la empresa ganadera, el patrimonio está constituido por todos los aportes monetarios (ej. dinero) y de bienes (ej. tierras, maquinarias) para la constitución y funcionamiento de la empresa, los que además son las garantías para otras operaciones de financiamiento (ej. prestamos), y según la Ley de la Igualdad del Activo y Pasivo, el valor del activo deberá ser igual al valor del pasivo más el patrimonio, esta relación se expresa en el Balance General y muestra la salud de la empresa.
Finalmente, es muy difícil separar estos aspectos financieros en la empresa ganadera de la dinámica de los mercados cárnicos; es claro que el mundo se mueve en función de la oferta y la demanda, y sobre esta situación, los productos considerados commodities son aún más sensibles y volátiles, y de lo que nadie puede escaparse.
Pese a lo anterior, la FAO estima que para el año 2026 se requerirán de 2.450 a 3.000 Kcal por habitante para una población mundial que crecerá 12%, y en el caso de la producción de carne se prevé una presión mayor sobre la productividad individual para asegurar el suministro; en palabras simples, es necesario mejorar la reproducción de las vacas alcanzando al menos un 70% de preñez sobre el total de vientres aptos, asegurar una parición al menos de un 95% de las vacas preñadas, disminuir las perdidas parto-destete ya que impactan directamente en los costos de producción, seleccionar por habilidad materna y ganancia diaria de peso, erradicar el subsidio de vacas improductivas por parte de las vacas productivas y el bolsillo del ganadero, afianzar los sistemas cárnicos sobre los programas de salud integral y la producción de comida para los rebaños, ofertar mayor cantidad de kilos de carne al mercado, producida más eficientemente y a menor costo real.
Todas estas acciones puntuales requieren más voluntad y deseos de cambios que otro tipo de inversiones, crear un sistema de producción de carne predecible y controlable en Colombia es cuestión de tiempo, las herramientas claves como la tierra, el clima, el rebaño y sobre todo el capital humano ya están presentes, solo resta armar adecuadamente a la empresa ganadera. ¡Colombia y su gente pueden con el reto!.
Juan C. Alvarez S.; MV, MB
Para conocer la parte 1 y 2 de este tema visite los siguientes enlaces: