Segunda parte del especial Producir carne eficientemente en el Trópico, escrito por el MV Juan Carlos Álvarez. en el que analiza cómo al mejorar la eficiencia de las principales áreas de producción se disminuye los desperdicios en la empresa ganadera de carne.
Jack Welch, reconocido empresario y escritor norteamericano quien además fue elegido “El Ejecutivo del Siglo XX” por la revista Fortune, resalta que “la habilidad de una organización para aprender y traducir lo aprendido en acciones rápidas es la máxima ventaja competitiva”, con esta declaración el Sr. Welch sugiere un proceso dinámico y constante que ocurre de manera natural dentro de las empresas, el cual estimula el entendimiento y puesta en práctica de estos aprendizajes para cada vez ser mejores y más competitivos.
Quizás algunos piensen que la dinámica antes mencionada solo se observa dentro de aquellas empresas que se limitan a oficinas y/o locales comerciales en áreas urbanas, y que no se ajustan a aquellas empresas cuyas oficinas cuentan con las pasturas como alfombras, las cercas como paredes y a bovinos como bienes de capital o maquinas procesadoras; sin embargo, nada está más distante de la realidad, si se hacen equivalencias entre los componentes estructurales y operativos de una empresa cualquiera con la empresa ganadera, con toda seguridad se encontraran más similitudes que diferencias.
Así como un empresa productora de textiles recibe algodón y otras fibras como insumos para transfórmalos mediante maquinas en telas que finalmente serán prendas de vestir, cortinas, lencería, etc., comercializables y con una derivada ganancia económica, de igual manera la empresa ganadera cárnica transforma al “insumo” (las pasturas) mediante “maquinas” (los bovinos) en kilogramos de carne comercializables y con una derivada ganancia económica al final del ejercicio.
Nótese que este proceso de “manufactura” tiene fases susceptibles de mejoras y de optimización de recursos para evitar el desperdicio (scrap), el cual es una fuente importante de pérdidas en el sistema productivo con la subsecuente ineficiencia financiera (bajos ingresos, altos costos y altos gastos) provocando bajas rentabilidades, de tal manera, que si se observa detenidamente a la materia prima (pasturas y agua), la capacidad instalada (tierra y bovinos) y los procesos (personal que ejecuta), se es capaz de aprender sobre aquellas etapas en las cuales es posible la optimización y la creación de sinergia sobre estos componentes, aplicando acciones rápidas, estandarizando procesos y creando ventajas competitivas en la empresa ganadera que impactaran positivamente las finanzas del sistema productivo de carne.
Considerando lo anterior, es interesante describir algunas áreas sensibles de mejora en la eficiencia con disminución de los desperdicios en la empresa ganadera de carne:
1 Mejoramiento continuo de procesos: el conocimiento genérico reconoce que siempre se establecen procesos de mejoramiento continuo de mayor o menor índole en todas las organizaciones, y sobre esto, la evaluación e interpretación continua de indicadores productivos y financieros es una actividad fundamental para identificar necesidades de entrenamiento de personal, de alineación de los objetivos primarios a todos los niveles de la empresa, del monitoreo de las condiciones de las “maquinas”, del desempeño financiero, del flujo de caja, y en fin de cualquier proceso implementado. Dice el adagio popular: “lo que no se mide, no se mejora”.
2 Garantizar el suministro y la mejor materia prima: en el trópico aun cuando no se sufren los avatares de los inviernos nevados, se sufren las sequias y las lluvias de manera cíclica, por lo que una decisión inteligente es la producción de materia prima (comida) para las “maquinas” (vacas, terneros, novillos), es común escuchar que “la genética entra por la boca”. Esta garantía de suministro de materia prima se apalanca en las múltiples opciones en las cuales los técnicos en agricultura tienen vasta experiencia.
3 Elegir la maquinaria adecuada: si a un ganadero le presentan 2 vacas preñadas de la misma edad, con las mismas condiciones corporales, con terneros al pie de la misma edad, pero uno de ellos con 140Kg P.V. y el otro con 160Kg P.V., ¿cuál escogería?, con gran seguridad escogería a la vaca con el ternero más pesado!, ¿por qué haría esta selección?, la respuesta es simple, le interesa el ternero más pesado y obviamente piensa que el próximo ternero en vientre también será más pesado. En este ejemplo el ganadero prefiere escoger la que considera como mejor vaca (mejor maquina productora de carne) ya que su producto final comercializable son los kilogramos de ternero. De esta forma, la selección de vacas por habilidad materna, aquellas que destetan terneros más pesados, son las “maquinas” primarias que impulsan a las “maquinas” secundarias (terneros, novillos) a producir más kilogramos de carne.
4 Evitar el desperdicio (scrap): considerando que se cuenta con la cantidad y calidad de materia prima (comida) para que estas “maquinas” funcionen adecuadamente, ¿Cuál es la garantía de que no ocurran desperdicios?, aun cuando los desperdicios no se eliminan totalmente, estos se pueden reducir al máximo mediante prácticas que buscan mantener completamente “entonadas” a las “maquinas”. Tal es el caso, de la suplementación mineral-proteica y el manejo antiparasitario estratégico.
En referencia a la suplementación nutricional para la producción de carne a pastoreo, es bastante común que el factor de selección para esta fuente sea el precio, sin embargo, si este factor no se combina con la calidad del mismo, se incrementa la probabilidad de que el resultado no sea el esperado y se incurra en desperdicio de suplementos aun siendo consumidos, es decir, que aun cuando los animales consumen el suplemento en cantidades adecuadas, nunca se llega a regular o controlar la deficiencia mineral-proteica con la subsecuente falla en la conversión del pasto en kilogramos de carne finalmente comercializables.
Cuando se piensa en los factores que influyen sobre la óptima utilización de las pasturas, muchas veces se es muy certero identificando algunos indicadores de importancia tales como, la cantidad de materia seca por hectárea, los niveles de proteína de la pastura, los días de descanso para la próxima rotación y pastoreo de los potreros, sin embargo, existen otros factores que no son tan fáciles de evaluar o quizás son muy hábiles para enmascararse, como lo es la carga parasitaria de los bovinos en pastoreo.
Para visualizar esto, es importante recordar que un examen coprológico de laboratorio, el cual mide niveles de huevos de parásitos por gramo de heces (hpg) como indicador de la carga parasitaria presente, debe ser acompañado de otras mediciones para tener valor crítico y así tomar decisiones con acciones contundentes; adicionalmente, si se considera la dinámica ecológica de la finca, existen dos periodos claves en los cuales la acción parasitaria sobre los animales tiene efectos nefastos:
1 Fin de la temporada de lluvias: es el momento en el cual la carga parasitaria tiende a ser muy alta por las condiciones de humedad y calor presentes en el ambiente, mismas que favorecen la porción del ciclo de vida de los parásitos fuera del animal, además, es en este momento cuando los animales se enfrentaran próximamente a periodos de escases de alimento producto de la época de deficiencia de lluvias, lo que junto a la carga parasitaria generará una disminución del desempeño en la conversión de pasto en kilogramos de carne.
2 Inicio de la temporada de lluvias: aun cuando el evento es totalmente contrario, el efecto es prácticamente el mismo, en este momento los animales requieren tener cargas parasitarias mínimas para optimizar el momento de máxima oferta forrajera y obtener el mejor rendimiento en la conversión alimenticia.
Teniendo presente la dinámica parasitario-ambiental comentada, es muy coherente que estos momentos sean considerados los más críticos para ejecutar programas de control estratégico antiparasitario mediante el uso de principios farmacológicos que ofrezcan amplio espectro (mayor número de parásitos) y larga acción (más persistentes). En el abanico de productos antiparasitarios, los endectocidas controlan tanto parásitos internos como externos de manera muy eficiente, sin embargo, la escogencia del mismo es factor crítico de éxito ya que existen moléculas que per se tienen mayor duración de acción por sus mecanismos farmacodinámicos (absorción, metabolización y excreción), sin olvidar el impacto que algunos de estos principios tienen sobre el medio ambiente, especialmente sobre la actividad fertilizadora del cucarrón estercolero Ontophagus gazella quien se encarga de la degradación de las heces bovinas depuesta en las pasturas.
Otro factor a considerar, es el Programa de Medicina Preventiva en esta fase de la producción de carne, nada es más costo-efectivo que un rebaño sano y protegido como población, en la cual su nivel de resistencia es la sumatoria de las resistencias individuales de cada uno de sus miembros; además este efecto tiende a ser acumulativo y cada vez más beneficioso cuando se mantienen en el tiempo, bajo la observación constante, análisis, interpretación, aprendizaje y toma de acciones rápidas sobre las “maquinas” que forman parte de la empresa ganadera.
Finalmente, el sentido común sugiere que un vehículo (maquina) de alta gama trabaja mucho mejor con partes (materia prima) que también son de alta gama, ahora bien, las vacas, terneros, novillas y novillos en las fincas, ¿también son de alta gama?
Juan C. Alvarez S.; MV, MBA.
Le interesa conocer la primera parte de este tema? lea: Cómo producir carne eficientemente en el trópico I
Producir carne eficientemente en el Trópico – Parte I.
Segunda parte del especial Producir carne eficientemente en el Trópico, escrito por el MV Juan Carlos Álvarez. en el que analiza cómo al mejorar la eficiencia de las principales áreas de producción se disminuye los desperdicios en la empresa ganadera de carne.
Jack Welch, reconocido empresario y escritor norteamericano quien además fue elegido “El Ejecutivo del Siglo XX” por la revista Fortune, resalta que “la habilidad de una organización para aprender y traducir lo aprendido en acciones rápidas es la máxima ventaja competitiva”, con esta declaración el Sr. Welch sugiere un proceso dinámico y constante que ocurre de manera natural dentro de las empresas, el cual estimula el entendimiento y puesta en práctica de estos aprendizajes para cada vez ser mejores y más competitivos.
Quizás algunos piensen que la dinámica antes mencionada solo se observa dentro de aquellas empresas que se limitan a oficinas y/o locales comerciales en áreas urbanas, y que no se ajustan a aquellas empresas cuyas oficinas cuentan con las pasturas como alfombras, las cercas como paredes y a bovinos como bienes de capital o maquinas procesadoras; sin embargo, nada está más distante de la realidad, si se hacen equivalencias entre los componentes estructurales y operativos de una empresa cualquiera con la empresa ganadera, con toda seguridad se encontraran más similitudes que diferencias.
Así como un empresa productora de textiles recibe algodón y otras fibras como insumos para transfórmalos mediante maquinas en telas que finalmente serán prendas de vestir, cortinas, lencería, etc., comercializables y con una derivada ganancia económica, de igual manera la empresa ganadera cárnica transforma al “insumo” (las pasturas) mediante “maquinas” (los bovinos) en kilogramos de carne comercializables y con una derivada ganancia económica al final del ejercicio.
Nótese que este proceso de “manufactura” tiene fases susceptibles de mejoras y de optimización de recursos para evitar el desperdicio (scrap), el cual es una fuente importante de pérdidas en el sistema productivo con la subsecuente ineficiencia financiera (bajos ingresos, altos costos y altos gastos) provocando bajas rentabilidades, de tal manera, que si se observa detenidamente a la materia prima (pasturas y agua), la capacidad instalada (tierra y bovinos) y los procesos (personal que ejecuta), se es capaz de aprender sobre aquellas etapas en las cuales es posible la optimización y la creación de sinergia sobre estos componentes, aplicando acciones rápidas, estandarizando procesos y creando ventajas competitivas en la empresa ganadera que impactaran positivamente las finanzas del sistema productivo de carne.
Considerando lo anterior, es interesante describir algunas áreas sensibles de mejora en la eficiencia con disminución de los desperdicios en la empresa ganadera de carne:
1 Mejoramiento continuo de procesos: el conocimiento genérico reconoce que siempre se establecen procesos de mejoramiento continuo de mayor o menor índole en todas las organizaciones, y sobre esto, la evaluación e interpretación continua de indicadores productivos y financieros es una actividad fundamental para identificar necesidades de entrenamiento de personal, de alineación de los objetivos primarios a todos los niveles de la empresa, del monitoreo de las condiciones de las “maquinas”, del desempeño financiero, del flujo de caja, y en fin de cualquier proceso implementado. Dice el adagio popular: “lo que no se mide, no se mejora”.
2 Garantizar el suministro y la mejor materia prima: en el trópico aun cuando no se sufren los avatares de los inviernos nevados, se sufren las sequias y las lluvias de manera cíclica, por lo que una decisión inteligente es la producción de materia prima (comida) para las “maquinas” (vacas, terneros, novillos), es común escuchar que “la genética entra por la boca”. Esta garantía de suministro de materia prima se apalanca en las múltiples opciones en las cuales los técnicos en agricultura tienen vasta experiencia.
3 Elegir la maquinaria adecuada: si a un ganadero le presentan 2 vacas preñadas de la misma edad, con las mismas condiciones corporales, con terneros al pie de la misma edad, pero uno de ellos con 140Kg P.V. y el otro con 160Kg P.V., ¿cuál escogería?, con gran seguridad escogería a la vaca con el ternero más pesado!, ¿por qué haría esta selección?, la respuesta es simple, le interesa el ternero más pesado y obviamente piensa que el próximo ternero en vientre también será más pesado. En este ejemplo el ganadero prefiere escoger la que considera como mejor vaca (mejor maquina productora de carne) ya que su producto final comercializable son los kilogramos de ternero. De esta forma, la selección de vacas por habilidad materna, aquellas que destetan terneros más pesados, son las “maquinas” primarias que impulsan a las “maquinas” secundarias (terneros, novillos) a producir más kilogramos de carne.
4 Evitar el desperdicio (scrap): considerando que se cuenta con la cantidad y calidad de materia prima (comida) para que estas “maquinas” funcionen adecuadamente, ¿Cuál es la garantía de que no ocurran desperdicios?, aun cuando los desperdicios no se eliminan totalmente, estos se pueden reducir al máximo mediante prácticas que buscan mantener completamente “entonadas” a las “maquinas”. Tal es el caso, de la suplementación mineral-proteica y el manejo antiparasitario estratégico.
En referencia a la suplementación nutricional para la producción de carne a pastoreo, es bastante común que el factor de selección para esta fuente sea el precio, sin embargo, si este factor no se combina con la calidad del mismo, se incrementa la probabilidad de que el resultado no sea el esperado y se incurra en desperdicio de suplementos aun siendo consumidos, es decir, que aun cuando los animales consumen el suplemento en cantidades adecuadas, nunca se llega a regular o controlar la deficiencia mineral-proteica con la subsecuente falla en la conversión del pasto en kilogramos de carne finalmente comercializables.
Cuando se piensa en los factores que influyen sobre la óptima utilización de las pasturas, muchas veces se es muy certero identificando algunos indicadores de importancia tales como, la cantidad de materia seca por hectárea, los niveles de proteína de la pastura, los días de descanso para la próxima rotación y pastoreo de los potreros, sin embargo, existen otros factores que no son tan fáciles de evaluar o quizás son muy hábiles para enmascararse, como lo es la carga parasitaria de los bovinos en pastoreo.
Para visualizar esto, es importante recordar que un examen coprológico de laboratorio, el cual mide niveles de huevos de parásitos por gramo de heces (hpg) como indicador de la carga parasitaria presente, debe ser acompañado de otras mediciones para tener valor crítico y así tomar decisiones con acciones contundentes; adicionalmente, si se considera la dinámica ecológica de la finca, existen dos periodos claves en los cuales la acción parasitaria sobre los animales tiene efectos nefastos:
1 Fin de la temporada de lluvias: es el momento en el cual la carga parasitaria tiende a ser muy alta por las condiciones de humedad y calor presentes en el ambiente, mismas que favorecen la porción del ciclo de vida de los parásitos fuera del animal, además, es en este momento cuando los animales se enfrentaran próximamente a periodos de escases de alimento producto de la época de deficiencia de lluvias, lo que junto a la carga parasitaria generará una disminución del desempeño en la conversión de pasto en kilogramos de carne.
2 Inicio de la temporada de lluvias: aun cuando el evento es totalmente contrario, el efecto es prácticamente el mismo, en este momento los animales requieren tener cargas parasitarias mínimas para optimizar el momento de máxima oferta forrajera y obtener el mejor rendimiento en la conversión alimenticia.
Teniendo presente la dinámica parasitario-ambiental comentada, es muy coherente que estos momentos sean considerados los más críticos para ejecutar programas de control estratégico antiparasitario mediante el uso de principios farmacológicos que ofrezcan amplio espectro (mayor número de parásitos) y larga acción (más persistentes). En el abanico de productos antiparasitarios, los endectocidas controlan tanto parásitos internos como externos de manera muy eficiente, sin embargo, la escogencia del mismo es factor crítico de éxito ya que existen moléculas que per se tienen mayor duración de acción por sus mecanismos farmacodinámicos (absorción, metabolización y excreción), sin olvidar el impacto que algunos de estos principios tienen sobre el medio ambiente, especialmente sobre la actividad fertilizadora del cucarrón estercolero Ontophagus gazella quien se encarga de la degradación de las heces bovinas depuesta en las pasturas.
Otro factor a considerar, es el Programa de Medicina Preventiva en esta fase de la producción de carne, nada es más costo-efectivo que un rebaño sano y protegido como población, en la cual su nivel de resistencia es la sumatoria de las resistencias individuales de cada uno de sus miembros; además este efecto tiende a ser acumulativo y cada vez más beneficioso cuando se mantienen en el tiempo, bajo la observación constante, análisis, interpretación, aprendizaje y toma de acciones rápidas sobre las “maquinas” que forman parte de la empresa ganadera.
Finalmente, el sentido común sugiere que un vehículo (maquina) de alta gama trabaja mucho mejor con partes (materia prima) que también son de alta gama, ahora bien, las vacas, terneros, novillas y novillos en las fincas, ¿también son de alta gama?
Juan C. Alvarez S.; MV, MBA.
Le interesa conocer la primera parte de este tema? lea: Cómo producir carne eficientemente en el trópico I