Hace más de 35 años se empezó tímidamente la implementación de los ordeños mecánicos en el trópico bajo, en ese entonces se consideraba ganado de doble propósito, siempre pensado en producir algo de leche con esas vacas Brahman y sus diferentes cruces con razas europeas, que de alguna forma ayudaba con el flujo de caja para cubrir gastos. Estas experiencias, hay que mencionarlo, en parte las aprendimos de explotaciones en Venezuela y Brasil, que en ese entonces nos llevaban ventaja.
Las primeras vacas de doble propósito que se empezaron a ordeñar con equipo mecánico, estaban en Atlántico, Magdalena Medio, Bajo Cauca y unas pocas en el Meta y Valle del Cauca. En su mayoría, eran equipos muy básicos, de descarga directa a un cántaro de acero inoxidable. Estos sistemas siempre fueron diseñados para ordeñar con el ternero, un solo ordeño al día, era la única forma de estimular este tipo de vacas y los promedios no superaban los 4 litros. Los había brete a la par, sistema que todavía se usa. En esa época se instalaron muy pocas salas con conducción de leche y sistemas de acomodación de las vacas tipo túnel, que facilitaba el apoyo del ternero.
El sistema más básico usado para ese entonces, era en el corral tradicional de ordeño, donde se instalaba una telaraña de tubería con muchos grifos, donde el cántaro tomaba el vacío para hacer el ordeño.
Estos diferentes sistemas se lograron implementar, aunque no en muchas explotaciones, hasta la década del 90. Luego por los diferentes cambios del negocio de la producción de leche en Colombia, la falta de compradores organizados, así como la ausencia de plantas procesadoras y la inseguridad, generaron la pérdida de interés por seguir desarrollando esta actividad de la producción de leche en el trópico bajo. Inclusive, hubo algunos proyectos que trataron de adaptar razas europeas, que desafortunadamente por falta de confort animal, sistemas de nutrición adecuada y manejo, fracasaron.
Fue hasta principio del año 2010, donde nuevamente empezó el auge de la genética, especialmente por el Gyr y Girolando, dando paso al desarrollo de proyectos especializados de producción de leche en trópico bajo. Ordeño sin ternero y dos ordeños diarios. La genética, el confort animal y las buenas prácticas agrícolas para garantizar la nutrición adecuada, son los factores principales que están desarrollando proyectos productivos y en algunos casos proyectos agroindustriales. Vale la pena mencionar que hoy, en Colombia, los proyectos más grandes, importantes y tecnificados, se están implementando en el trópico bajo, con salas de ordeño tipo Tándem, espina de pescado y rotativas de hasta 80 unidades de ordeño totalmente automatizadas, con promedios de más 20 litros en hatos de 300 a más de 1.000 vacas en ordeño, haciendo uso de herramientas de alta tecnología.
Es gratificante ver como a través de los años cada vez hay un mayor número de empresarios dispuestos a invertir en estas empresas productoras de leche, así como los que hoy están en proceso de implementación, en el Meta, Cesar, Magdalena Medio, Bajo Cauca y, una zona que sorprende: Caquetá, más los que ya están funcionado exitosamente en estas mismas zonas, especialmente en el Valle del Cauca. Su éxito se ha visto evidenciado por las condiciones que tienen para producir comida, principal materia prima de estos proyectos y la facilidad para comercializar su leche, por su alta calidad composicional y significativas mejoras en la calidad higiénica y sanitaria. Aunque en algunos casos las precarias vías no ayudan mucho.
No quiero dejar de mencionar el desarrollo que, en este mismo medio y también con la implementación de tecnologías, ha tenido la producción de leche en Búfalas, especialmente en el Bajo Cauca, una leche que por su alto contenido cada día es más apetecida por las grandes plantas procesadoras para la elaboración de quesos y derivados, muchos para la exportación.
Después de 35 años presenciando y de alguna forma contribuyendo con el desarrollo de la producción de leche en el trópico bajo, haber visto experiencias en Brasil, países del área Andina, Centro América y el Caribe, creo firmemente que, por condiciones, costo y empresarios innovadores y dispuestos a invertir en agroindustrias, gran parte de la producción de leche en Colombia está y seguirá desarrollándose en el trópico bajo. Muchos productores del trópico alto están viendo posibilidades abajo. No es una tarea fácil, requiere el manejo de un modelo empresarial, inversiones a mediano y largo plazo, lo más importante, la experiencia nos ha mostrado que la clave está en la formación de equipos de profesionales de trabajo, que integren agrónomos, veterinarios, zootecnistas, nutricionistas y administradores que analicen la información que genera el sistema automatizado y, en equipo, tomen decisiones en pro de la productividad y rentabilidad de la empresa ganadera.
Es importante resaltar las experiencias en otros países como Brasil, que ha sido nuestro maestro en este tipo de explotaciones, no solo en leche sino también en carne. De hecho, varios profesionales que hoy asesoran estos proyectos en Colombia, han sido formados o especializados en Brasil o en algunos casos son brasileros. Pero como reza el adagio, el alumno supera al maestro, porque Colombia es un país especial para el desarrollo de estos proyectos, junto con Brasil podemos decir que somos líderes en América Latina.
Finalmente, quiero resaltar la labor de los empresarios que se han arriesgado y comprometido con estas empresas. Me gustaría nombrar muchas fincas, sus emprendedores y profesionales que los asisten, pero por obvias razones no lo puedo hacer, aunque sé que muchos lectores los conocen.
Espero junto con DeLaval, poder seguir acompañando por más años, este importante momento que está teniendo el desarrollo de la producción especializada de leche en el trópico bajo colombiano.
Carlos Pineda
Gerente DeLaval Colombia
Fotografía portada: Ganadería El Tesoro. Hayden Restrepo