¿Tiempos de crísis?, fortalezca su programa sanitario!!!!
No hay nada más frecuente en el ámbito humano que la sensación de crisis; ese momento en el que se percibe que todo lo construido, o por lo que se ha luchado está en posibilidad de perderse, ese momento que desafía al status quo y promueve cambios a todo nivel se convierte en el impulsor de la percepción de incertidumbre que complica la sensación de crisis.
En la ganadería, la mayoría de las crisis están asociadas a situaciones no controlables y un ejemplo de ello son los cambios climáticos, la volatilidad de los precios de comercialización, la demanda en el consumo y la emergencia de nuevas regulaciones, solo por mencionar los más relevantes. Otras crisis ocurren puertas adentro de las fincas, con problemas de rotación de personal, sobrecarga de animales, escases de forraje, desperdicios e ineficiencias en procesos que impactan directamente la productividad y el rendimiento económico de la Empresa Ganadera.
En tiempos de dificultades, los objetivos de la empresa ganadera deben girar en torno a las bases críticas del negocio, en mantener la productividad y vigilar la eficiencia, en asegurar las funciones básicas de la operación para que todo lo que pueda ser controlado realmente sea controlado, en evitar desviar los objetivos fundacionales y medulares hacia objetivos menos importantes y relevantes.
Es muy común que el empresario ganadero busque fuentes de ahorros en tiempos de crisis con la intención de disminuir los gastos y costos de producción lo cual tiene sentido en el ejercicio económico; sin embargo, dado el general desconocimiento de la estructura de costos y, hasta de cuáles ítems deben ser considerados como gastos (no necesarios para la producción) y cuáles como costos (necesarios para la producción), también es común tomar fuentes de ahorros equivocadas.
Uno de los principios básicos de las finanzas es “evaluar primero siempre las cuentas más grandes”; este fundamento tiene el objetivo de evidenciar realmente dónde se está utilizando el recurso monetario ineficientemente o malgastándolo en la operación. Gutiérrez (2015) en un estudio sobre estructuras de costos para leche y carne, evaluó un sistema lechero doble propósito con producción de leche de 4,5 litros/día en lactancias de 270 días, dicho análisis arrojó que los mayores costos de producción estuvieron asociados a alimentación, depreciación de equipos/infraestructura y a mano de obra representando el 40%, 29% y 20% respectivamente (https://www.engormix.com/ganaderia-leche/articulos/estructura-costo-produccion-litro-t32259.htm).
En este mismo estudio, los medicamentos representaron el 9,8% del total de costos, los cuales incluyeron tanto fármacos como vacunas para la prevención y el control de enfermedades. Gutiérrez (ob.cit.) también evaluó la estructura de costos de una operación de ceba de novillos durante un ciclo de 180 días encontrando que los mayores costos de producción estaban relacionados a la compra de los novillos a 280 kg/p.v. que ingresaron al sistema, representando el 73% del total de costos, la suplementación nutricional correspondió al 14%, mientras que los medicamentos incluyendo vacunas representaron el 4,1% del total de costos de producción.
Fonseca (2016) hace referencias sobre los costos de producción para lechería tanto en el trópico alto como en el trópico bajo colombiano mediante entrevistas a ganaderos representativos de estas zonas; según esta fuente, en el trópico alto, el 50% de los costos van destinados a la alimentación, 14% a fertilizantes, 10% para pago de nómina, mientras que el restante 26% se reparte en rubros como depreciación/amortización de equipos y animales, medicinas, impuestos o alquiler de la tierra. En el caso del trópico bajo, el 30-40% del costo está representado por la alimentación, el 20% por mano de obra, 10-15% por fertilizantes, el restante 25-30% se reparte entre medicamentos, pago de servicios, equipos de ordeño, impuestos, transportes y fletes, costos financieros y asistencia técnica (https://www.contextoganadero.com/reportaje/cual-es-la-estructura-de-costos-de-los-productores-lecheros).
Del estudio de caso realizado por Ríos y Gómez (2008) en una lechería especializada en el oriente antioqueño aplicando los métodos de costeo por Centros de Costos y Centros de Utilidades, se puede deducir que en la explotación estudiada los costos fijos asociados a drogas (medicinas) corresponden al 6% del total de costos por año (https://revistas.unal.edu.co/index.php/dyna/article/view/1738/11576).
De las referencias anteriores se puede deducir que, el costo de los medicamentos (incluyendo a las vacunas), se encuentra en un rango que representan el 4% al 10% del total de los costos de producción en una explotación ganadera; considerando que los costos relacionados a la salud del hato no se encuentran dentro las llamadas “cuentas más grandes”, resulta muy poco atractivo que éstas sean incluidas como las primeras fuentes de ahorro a considerar ante una juiciosa evaluación financiera.
Sobre la base de las referencias anteriores, y tomando en cuenta los potenciales impactos de las decisiones sobre fuentes de ahorro surge una pregunta clave:
¿Es beneficioso impactar los costos de sanidad en tiempos de crisis?
Las respuestas a la pregunta anterior tienen múltiples facetas, algunas de ellas mutuamente incluyentes mientras que otras no. Desde el punto de vista financiero, considerando la baja representación de las medicinas y vacunas dentro del costo total de producción, pretender disminuir los costos mediante ahorros en estos rubros es una tarea titánica que no ofrecerá los resultados esperados, mientras que, abriría las puertas a otras facetas quizás de mayor importancia.
Desde el punto de vista sanitario, la reducción del uso de medicinas/vacunas y hasta el uso de aquellas de menor calidad y eficacia, producirá un efecto nefasto en el control y prevención de las enfermedades que afectan al hato, en este caso todo el avance alcanzado en la construcción de la estabilidad sanitaria durante los años previos se irá perdiendo lentamente y casi de manera imperceptible; en el ejercicio de potenciales efectos negativos de la reducción de costos en el área de la salud del hato, tomando a las vacunas reproductivas virales y bacterianas como fuente de reducción de costos, se generará en el mediano plazo un aumento de los problemas reproductivos, de los tratamientos asociados a estos problemas, de los descartes por falla reproductiva y aumento de los costos de reemplazo.
Desde el punto de vista productivo, la rentabilidad de una operación ganadera está directamente relacionada al estado de salud individual y general del hato, siendo esta condición “factor clave de éxito” para impulsar la productividad; tomando nuevamente a las vacunas reproductivas virales y bacterianas como ejemplo, prescindir de ellas ante momentos de crisis e incertidumbre conllevará a bajos desempeños reproductivos los que en lechería se traducen en menos vacas en la primera mitad de la lactancia, días en leche mayores a 170, mayor cantidad de vacas secas, menos hembras de reemplazo disponibles, mayor costo de reemplazo por compra de novillas, y por ende menor producción de leche producida en el presente y aún menos leche en el futuro.
En el caso de la producción de carne, el impacto de pretender bajar costos eliminando o modificando los programas vacunales para el control y prevención de las enfermedades virales y bacterianas de la reproducción tendrá como consecuencias a corto y mediano plazo, una disminución de la tasa de preñez (vacas preñadas/servidas), menor eficiencia reproductiva (vacas preñadas/ total de vientres aptos), mayores tasas de pérdidas preñez-parto y parto-destete, menos destetos por año, menos kilogramos de destetos producidos y menos ventas e ingreso económico.
Ante las potenciales consecuencias de considerar fuentes de ahorros que no tienen gran impacto en la utilización del recurso monetario, mismas que sí pueden afectar la salud y productividad, las diez (10) opciones siguientes pueden ser muy valiosas al momento de considerar fuentes de ahorros:
- Asegure que el método de costeo esté adecuadamente establecido y sea reflejo fiel de lo que ocurre en la empresa ganadera.
- Siempre analice primero los centros de costos más grandes.
- Evalúe el progreso alcanzado en productividad como consecuencia de la implementación de los programas sanitarios previamente a la crisis o tiempo de incertidumbre, así conocerá la línea base de comparación para los resultados obtenidos luego de las decisiones tomadas.
- No elimine los programas sanitarios, haga los ajustes necesarios sobre la base de las evidencias técnicas en la finca. Trabaje más cerca a su Médico Veterinario.
- Atrévase a evaluar la información productiva de una manera diferente a como usualmente lo hace. Compare su hato por grupos de edades, tercios de producción, meses del año; trate de encontrar relaciones sutiles o cíclicas con la pluviometría, disponibilidad de forraje, ingreso de animales, etc.; toda información puede ser relevante para encontrar brechas y definir un camino.
- Siempre considere a la dinámica poblacional en la toma de decisiones sobre el Programa Sanitario (ver articulo Salud integral en el hato ganadero eficiente, Genética Bovina Colombiana Ed.56), cuando la implementación de los programas se sustenta sobre esta dinámica, el efecto es acumulativo en el tiempo y cada día el programa trabajará mejor e impactará positivamente la productividad.
- Rete su costo de producción sobre la base de la reducción de las cuentas más grandes con el menor impacto sobre la productividad, como dice el adagio popular “comprar pan, para vender pan” no hace sentido en tiempos favorables y mucho menos en tiempos difíciles.
- Haga simulaciones económicas; en un archivo de cálculo es viable equivocarse y enmendar, en el campo el error se paga caro.
- Fortalezca su Programa Sanitario en lugar de debilitarlo, la decisión errada puede ser más costosa que los ahorros obtenidos.
- Recuerde que la diferencia entre un ganadero y un empresario ganadero es que éste último gerencia los recursos, logra las metas, toma decisiones sobre riesgos medidos y siempre genera progreso económico.
Finalmente, los tiempos de crisis e incertidumbre en la ganadería generan más oportunidades de lo que comúnmente se cree, la ganadería es tan noble que le puede dar muchas opciones para salir adelante, solo que las vacas no le dirán qué hacer, ellas harán lo que su gerente les pida, siempre y cuando sus decisiones estén sustentadas en los análisis correctos. Fortalezca su programa sanitario!!!!
Juan C. Alvarez S.; MV