Buenas noticias y vientos de optimismo se sienten en el sector ganadero por la recuperación del estatus sanitario de Colombia como “Zona Libre de Aftosa con Vacunación” (https://www.oie.int/es/sanidad-animal-en-el-mundo/estatus-sanitario-oficial/fiebre-aftosa/suspensionrestitucion-del-estatus/), este logro es el resultado de los grandes esfuerzos realizados por parte de todos los actores participantes en este proceso, pero por sobre todo de mantener una meta clara en la conveniencia y necesidad de la re-certificación para el sector ganadero, en especial para la carne.
Esta certificación no solo debe ser considerado como un paso necesario para la consolidación del estatus sanitario, sino que debe ser un importante motor para impulsar la producción de ganadera eficiente, sistemática, más rentable y competitiva que sea capaz de afianzar la carne colombiana en los mercados actuales, sino que además lleve a capitalizar oportunidades en otros mercados abiertos a recibir ganado en pie y/o beneficiado desde Colombia.
La producción sistemática de carne es un paso necesario
Todas las oportunidades de capitalización del negocio ganadero, tanto internas (consumo de carne) como externas (exportación de carne), tienen en el presente una gran limitante asociada a la desbalanceada relación entre la oferta y la demanda, la que además se ve impactada por las condiciones ambientales cada vez más cambiantes en el territorio, misma que adiciona desafíos mayores en relación con la nutrición de los animales, situación que invariablemente impacta en negativo a la reproducción y la productividad.
Celis (2000) considera que las causas de la limitada cantidad de bovinos disponibles para la venta en las explotaciones ganaderas de carne tienen su origen en una baja tasa de extracción (aprox. 10%), que además está estrechamente relacionada a la baja eficiencia reproductiva, alta mortalidad, limitada tasa de crecimiento por carencias nutricionales, alta incidencia de enfermedades y, los criterios y tecnologías aplicadas al momento de implementar programas de manejo y mejoramiento genético.
Otro aspecto de necesario de impulsar es el análisis de datos en la finca, por lo que no existirá un camino claro para la producción cárnica eficiente si no se cuenta con sistemas de información confiables; aquellas ganaderías donde no se tienen claros los parámetros o indicadores a medir en los diferentes momentos del ciclo productivo están destinadas a concluir que los bajos índices de producción son consecuencias de un muy bajo porcentaje de preñez, lo que conlleva a tomar acciones tecnológicas erróneas con miras a aumentar este indicador con la consecuente frustración al no alcanzar las metas esperadas.
Sobre la base del tipo de indicadores a medir en la ganadería de carne, el cambio en el análisis debe darse hacia la evaluación de la Eficiencia Reproductiva (N° Preñeces/Total de Vacas) en sustitución de la habitual Tasa de Preñez (N° Preñeces/N° Vacas Servidas).
Definitivamente, la Eficiencia Reproductiva tiene una importancia económica al ser el indicador que tiene mayor incidencia en la rentabilidad ganadera (Llamozas, 2000) y como valor predictivo que determina los potenciales productos a vender en el futuro (Celis, 2000).
Para entender la sistematización en la ganadería de carne, se hace necesario dividir el proceso productivo en sus diferentes fases, lo cual permite agudizar las observaciones de desempeño del hato no solo en términos reproductivos sino en sus aspectos productivos:
- Preparto: esta fase considera a la Eficiencia Reproductiva y todas las pérdidas gestacionales desde el diagnostico de preñez hasta el nacimiento. En esta etapa, las enfermedades, los factores nutricionales y el manejo tienen efecto de muy alto impacto.
- Nacimiento – destete: las observaciones durante este periodo se dirigen a entender las causas de todas las pérdidas desde el nacimiento hasta el destete. En esta fase, las enfermedades del neonato (diarreas, parásitos, enfermedades del ombligo, etc.), las condiciones ambientales, la habilidad materna (capacidad lechera para criar y destetar un ternero con buen peso corporal y tasa de crecimiento) y el manejo son los factores más importantes para considerar.
- Postdestete: esta fase que sigue al momento de mayor estrés del ternero al ser separado de la madre predispone a la presencia de enfermedades infectocontagiosas y carenciales derivadas de la variabilidad nutricional por las cambiantes condiciones ambientales del trópico.
La producción de carne en Colombia se caracteriza por presentar algunos contrastes en la implementación de tecnologías que buscan aumentar parámetros productivos y reproductivos, por esta razón es muy común observar programas de biotecnología de la reproducción y/o programas sanitarios variados en numerosas fincas a lo largo y ancho de la geografía, sin embargo, el impacto de estos programas muchas veces se ve opacado por fallas en el manejo de los hatos y por la diferencia de acercamientos al analizar la información que lleva a la toma de decisiones, al diseño de los planes de acción y a la ejecución de los mismos.
Las experiencias de países como Argentina, Brasil y Uruguay son notoriamente beneficiosas al combinar estas tecnologías con sistemas de manejo y de información que fortalecen las fases productivas descritas anteriormente.
Tomando los países citados como ejemplos, quizá el sistema de manejo que genera mayor impacto en la producción de carne es el establecimiento de una Temporada de Monta o Monta Estacionaria como se le conoce comúnmente; los beneficios de este sistema están ampliamente descritos en muchos países, principalmente por genetistas que encuentran a la captura de información y la unificación de condiciones para las evaluaciones productivas, junto al manejo y uso eficiente de la tierra como factores claves de éxito para el crecimiento económico de la empresa ganadera.
También es evidente el escepticismo de muchos ganaderos para promover el cambio en sus empresas, muchas veces asociado a malas experiencias de otros en la implementación temerosa de la temporada de monta, por desistir prontamente ante las dificultades encontradas, por considerarla como de alto riesgo financiero al tener que mejorar la administración de los ingresos económicos, y muy frecuentemente por el pensamiento que “eso no se puede hacer en Colombia”.
De lo anterior se puede concluir que, trabajar con sistemas donde los activos son vivos crea un desafío mayor ya que no responden de igual manera a las “recetas” usualmente esperadas para implementar mejoras en la ganadería; se requiere una evaluación y adaptación del sistema de manejo a las condiciones de cada explotación, solo para ejemplificar este concepto, se debe determinar el mejor momento del año para preñar las vacas y establecer la temporada de monta teniendo en cuenta la oferta forrajera, las condiciones ambientales, y todos aquellos aspectos que no pueden ser modificables por el ser humano; también puede ocurrir que el objetivo primario sería garantizar la supervivencia de los terneros, en este caso quizá se sacrifique un poco la reproducción estableciendo la temporada de monta en los meses que permitan que la temporada de nacimiento ofrezca las mejores condiciones para el ternero.
El cuadro N°1 muestra cómo sería la transición para la implementación de una explotación tradicional a una Temporada de Monta inicialmente de 6 meses de duración hasta el establecimiento de una TM de 90 días. Nota: para efectos didácticos se tomó al mes de marzo como un estándar, no debe ser considerado como una recomendación general.
El término de “sistematización de la producción” no sería de impacto sin el acompañamiento de un progreso económico de la empresa ganadera, el cuadro N°2 muestra una simulación teórica de las potenciales mejoras en la Eficiencia Productiva expresada en la cantidad de terneros nacidos por año como consecuencia del cambio desde el manejo tradicional a uno mejorado con Monta Estacionaria en una explotación ganadera bajo condiciones de trópico.
Por supuesto que solo establecer un sistema de producción de carne basado en la reproducción usando temporada de monta no es suficiente para hacer progresar a la empresa ganadera, este debe acompañarse de un muy buen programa sanitario diseñado especialmente para cada hato en particular, en donde se considere y definan los objetivos poblacionales de salud general de hato, de la meta zootécnica en los indicadores de gestión, donde la escogencia de los biológicos a utilizar se basen en criterios técnicos que impulsen la productividad; un ejercicio que normalmente no se hace es considerar el costo por tratamiento en lugar del valor monetario de cada insumo, este simple ejercicio deja ver que las matemáticas financieras deben acompañar a las decisiones productivas.
Finalmente, los ganaderos colombianos deben atreverse a navegar nuevas aguas en la producción de carne, hoy la oportunidad es creciente y alguien la capitalizará, de no ser Colombia será otro país, pero lo que es totalmente seguro es que el mundo necesita proteína, y la proteína bovina de Colombia puede ser de alta competitividad.
JC Alvarez1; N. Moreno2; M. Valencia3
1Gte. Ganadería, 2Coord. Técnico, 3Gte. Producto
MSD Salud Animal Colombia