Para poder entender la gran importancia de la raza Jersey en el departamento del Meta y, en especial en Hacienda GX3, debemos contextualizar un poco sobre el por qué dicha raza fue la elegida para desarrollar este proyecto lechero, teniendo en cuenta las difíciles condiciones medio ambientales de esta zona de Colombia.
Una mirada al pasado
A comienzos de los años 80, el señor Santiago Vélez Garcés, (Q.E.P.D.), desde su Hacienda Bruselas, especializada en la raza Brahmán, dedicó gran parte de su tiempo a buscar una raza lechera alternativa que fortaleciera la producción bovina en los Llanos Orientales.
Fue así como encontró que el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) conservaba en una granja de Villavicencio un pequeño grupo de vacas Jersey y que en departamento del Tolima también quedaban unos descendientes de ejemplares importados al país a finales de los 40 por don Miguel López Pumarejo y la Secretaría de Agricultura del Tolima. Sin embargo, era una población muy pequeña y poco representativa para cumplir con los objetivos trazados.
A raíz de ello, sumó esfuerzos con varios ganaderos amigos y junto con su colega Luis Alberto Noguera, el apoyo de Hugo Carrillo y la asesoría técnica de Juan Rueda, una vez revisadas todas las características fenotípicas y genotípicas, así como de producción y de manejo en general requeridas para su adecuado desarrollo productivo, deciden adquirir e importar a Colombia 18 ejemplares desde Estados Unidos provenientes de los criaderos Young Jersey Dairy Farm y Steven’s & Lowry, y Mortson & Family.
Producto de esta acertada decisión logró vincular a ganaderos reconocidos que creyeron en el proyecto, lo que permitiría en el año 1982, dar vida a la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Jersey – ASOJERSEY, cuyo objetivo, entre otros, era ejercer la labor de difusión y promoción de la raza Jersey a nivel nacional.
Aproximadamente entre 1990 a 1995, la lechería de Hacienda GX3 deja de registrar crías ante la AsoJersey debido a los cruzamientos realizados perdiendo así la continuidad de la trazabilidad genética.
Años más adelante, su hijo, el médico veterinario Juan Santiago Vélez Zuluaga, convence a su padre de recuperar el trabajo realizado con la raza Jersey, lo que permitiría, por una parte, rescatar la base genética del hato inicial y, por otra, seleccionar y clasificar racialmente a los ejemplares para ser incluidos nuevamente en el sistema de registros como hembras fundadoras y avanzar de esta manera con trazabilidad genética bajo el registro y soporte de Asojersey.
Una mirada al presente de Hacienda GX3
Esta hacienda se encuentra ubicada en Villavicencio, en los Llanos Orientales de Colombia, con una altura en referencia de 450 – 500 msnm y valores según reporta el IDEAM-COLOMBIA para año 2020 en las tablas que relacionamos a continuación:
Actualmente el hato lechero especializado GX3 cuenta con 80 vacas en producción, 20 animales en periodo de secado y lotes de crías en levante para reemplazos en el mismo, máquinas de ordeño mecánico y un sistema de semiestabulación que permite ser más eficientes, logrando de esta manera un promedio en leche ajustada a 270 días de 3100 litros por vaca y con reportes de calidad de leche de 4.3 % de grasa y 3.6 % de proteína. GX3 es hoy por hoy un gran referente de la capacidad que la raza Jersey tiene de adaptarse a estas condiciones de trópico húmedo, a resistir el stress calórico y a ser eficientes en la conversión de alimento; la talla mediana de la Jersey ha permitido crecer en número la población y aumentar la rentabilidad económica de esta empresa ganadera.
En los sistemas de producción en condiciones medioambientales difíciles se exige que el productor realice un seguimiento, control y análisis a todas las variables que lo puedan afectar productivamente. De igual manera, buscar siempre un mejoramiento de la competitividad usando todas las herramientas de selección y manejo en relación directa con el tamaño del hato y el objetivo de producción ganadera; en este caso, asegurando la constante de producción de leche de calidad, cumpliendo con todos los parámetros de ambientes sostenibles y de bienestar animal.
Uno de los parámetros más relevantes en los hatos lecheros es, sin duda, la reproducción; si este parámetro falla, altera totalmente la producción de leche. Por el contrario, cuando es exitosa (la reproducción) se contribuye a maximizar a la producción lechera de las vacas a lo largo de su vida, a minimizar costos de producción y a que se intensifique el grado de progreso o mejoramiento genético, contribuyendo también a determinar los posibles descartes teniendo como base la producción o casos excepcionales por problemas reproductivos.
Para obtener cada año una cría por vaca (intervalo entre partos de 365 días) la concepción debe ocurrir 80 a 90 días luego del parto teniendo en cuenta una gestación de 282 días aproximadamente. Lo anterior quiere decir que se debe ser demasiado eficientes para poder cumplir estas metas trazadas. Sin embargo, es conveniente resaltar que, bajo condiciones medioambientales adversas, estrés calórico, variabilidad en la oferta forrajera, entre otros factores típicos que acompañan las topografías de nuestro país, estos parámetros pueden ampliarse sin alterar el ritmo normal de la producción.
Otra referencia es, por ejemplo, una novilla Jersey bien desarrollada, en la cual la pubertad o comienzo de madurez sexual oscilará entre los 13 a 14 meses y dada la precocidad de la raza vale la pena referenciar que puede ser servida teniendo en cuenta un peso de 270 kilos aproximadamente.
Adicional a la precocidad, la raza Jersey cuenta con otras destacadas características como la fecundidad y la longevidad, logrando de esta manera parir una mayor cantidad de crías a lo largo de su vida productiva.
Ser competitivos permite permanecer en la actividad lechera y obliga a medir el costo unitario de producción de leche. Es decir, a menor costo de producción, mayor competitividad. La rentabilidad del ejercicio como productores de leche debe ser expresada como: el ingreso neto anual dividido por el capital total invertido en la finca (tierras, ganado, instalaciones, equipo, etc). Y la productividad expresa la producción de leche por vaca y por hectárea. Estos tres componentes de análisis deben ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar un hato lechero.
Por ello, y como conclusión a todo lo anterior, es indispensable que como mínimo se realice el debido seguimiento a los siguientes parámetros productivos:
• Producción total de leche
• Promedio/vaca/día
• Producción vitalicia
• Litros/ha/año
• Días en lactancia
• Duración de la lactancia
• Días al pico
• Pico de producción
De la raza Jersey en los Llanos Orientales debemos concluir a todo lo anterior, que es su gran capacidad de adaptabilidad la que le permite cumplir con todas las expectativas de los productores que cada día se esfuerzan por ser competitivos, eficientes y altamente rentables pese a todas las circunstancias que el sector agropecuario debe superar.
Liliana Quevedo Soto
Directora Ejecutiva
AsoJersey Colombia