Para la industria lechera, la tecnología del semen sexado aumenta la posibilidad de tener una hembra de un 50% con semen convencional, a un 90% cuando se utiliza semen sexado. Aumentar el número de becerras nacidas en la lechería, le permite al productor tener una expansión rápida de su hato.
La predeterminación del sexo, a través del uso del semen sexado en bovinos es uno de los objetivos afanosamente buscado por los investigadores en reproducción asistida y su aplicación comercial en la producción y productividad de las explotaciones ganaderas, ya sea mediante Inseminación Artificial o en Fertilización In Vitro.
El objetivo es conseguir el mayor número de nacimientos de hembras para la producción de leche, de machos en la explotación de carne, o la producción de reproductores de reemplazo en ganaderías puras.
Desde 2006 el empleo de semen sexado se ha incrementado ampliamente y esto se debe en gran parte al empleo de la PEFIV, siendo una de las más ventajosas combinaciones de la biotecnología reproductiva. El semen sexado ha ganado cada día más espacio hasta el punto de convertirse en un proceso indispensable para los que desean obtener una alta producción y rendimiento económico.
A pesar de los grandes avances técnicos alcanzados, el porcentaje de animales preñados es menor con semen sexado, que con semen convencional. La fertilidad en ganado vacuno puede estar condicionada por diversos factores, cuando utilizamos semen sexado. A su vez, el menor número de espermatozoides de la dosis y la fertilidad asociada a un toro determinado, pueden reducir las tasas de concepción de la explotación.
Un trabajo presentado en 2013 realizado en Canadá con novillas de 14 a 16 meses de edad, comparó la fertilidad obtenida mediante inseminaciones con semen sexado y semen convencional tras celos naturales e Inseminación a Tiempo Fijo (IATF) con un protocolo de 5 días y un dispositivo intravaginal de progesterona (PRID). La tasa de concepción en los animales inseminados fue del 73% vs 67% con celo natural y de 66 y 59% con IATF, con semen convencional y sexado, respectivamente. Como conclusión, la fertilidad con semen sexado fue un 8-11 % más baja respecto al semen convencional; aun así, hay que tener en cuenta que en este estudio, realizado en una situación de alta fertilidad, aunque la IA con celo natural permitió obtener una mejor tasa de concepción, las novillas sometidas a IATF con semen sexado tuvieron una tasa de concepción aceptable.
Aunque la IA con celo natural permitió obtener una mejor tasa de concepción, las novillas sometidas a IATF con semen sexado tuvieron una tasa de concepción aceptable.
En un trabajo realizado en Brasil y publicado en 2013, se inseminó un total de 626 vacas en lactancia (523 Gyr x Holstein y 87 Holstein) con semen sexado tras celo natural o IATF. Al comparar las tasas de concepción de los animales inseminados se alcanzó un 31,7% tras el celo natural y un 19.4 y 23.9% en vacas tras IATF, con y sin estructura luteal al inicio del protocolo. A pesar de la menor tasa de concepción de las vacas inseminadas con IATF y semen sexado, este grupo tuvo una mayor proporción de vacas preñadas al final del programa reproductivo (IATF con CL = 18,3% e IATF sin CL=23,2%) que aquellas inseminadas en celo natural (14,3%). No hubo efecto de la presencia o no de cuerpo lúteo al principio del protocolo (p=0,45) en la tasa de concepción. Por lo tanto, en este estudio el uso de semen sexado con programas de IATF en comparación con su uso en celo natural redujo la tasa de concepción, pero incrementó la tasa de preñez.
La conclusión es que, en un programa de Inseminación a Tiempo Fijo con semen sexado en vacas de carne, el retraso en la inseminación de las vacas que no expresaron celo, mejora la tasa de concepción.
Hay que tener en cuenta que la formación del reservorio espermático a nivel del oviducto ayuda al mantenimiento de la viabilidad espermática y la sincronización de la ovulación en el tracto reproductivo femenino, el cual es dependiente de la presencia de proteínas y azúcares en la membrana espermática. Debido a la alteración de estos perfiles en la cabeza de espermatozoides sexados, se explica la baja fertilidad obtenida con el empleo del mismo, ya que el espermatozoide sexado permanece menos tiempo unido a la pared del reservorio.
La información anterior conduce a sugerir que el mejor momento para inseminar utilizando semen sexado debe ser lo más cerca posible al momento de la ovulación. Esta demora en el momento de la IA, reduce el tiempo de espera del esperma en el tracto reproductivo femenino, asegurando un mayor número de células viables al momento de la ovulación.
La Asociación de Criadores Ayrshire de Colombia informó que con el uso de la técnica de semen sexado, las vacas pueden parir terneras en el 85 y el 90% de los casos, frente a un 48% con el uso de pajillas convencionales.
Tabla 3. Tasas de concepción por toro y dosis de pajilla sexada y convencional.
Por el contrario, al comparar las tasas de no retorno logradas con dosis de esperma 2 x 106 de semen sexado y semen convencional con las obtenidas con dosis de 10 x 106 procesado convencionalmente, implica que una parte de la disminución de la tasa de concepción de semen sexado es inducida por el colorante y/o el proceso en sí mismo y puede no ser compensada mediante el aumento de la dosis de semen.
Tabla 4. Efecto del toro y la concentración espermática sobre la tasa de concepción en novillas Holstein.
De acuerdo a los resultados obtenidos en varias investigaciones, se alcanzaron tasas de concepción del 75 al 80% con dosis de esperma de 2.1 x 106 en novillas Holstein, en comparación con las logradas con semen convencional.
Tabla 5. Descripción estadística de la calidad del semen sexado y semen convencional en 8 reproductores Holstein.
Con posterioridad se observó una mejoría marginal en las tasas de concepción de algunos reproductores luego de IA con semen sexado a dosis de 3.5 a 5.0 x 106, y 10 x 106, lo cual sugiere que puede compensarse al menos una parte de la disminución de las tasas de concepción.
Hay toros cuyos espermatozoides sobreviven mejor al sexado que otros y por consiguiente deben evaluarse los reproductores en su potencial fertilizante después del sexado, tanto en programas de IA convencional como en programas de TE o de producción de embriones in vitro.
Miguel Germán Rivera Gaona – MVZ, Esp. Reproducción