El comportamiento reproductivo y la eficiencia con que se desarrolla son expresados a través de múltiples indicadores cuantitativos llamados índices reproductivos o indicadores de la reproducción. Estos índices permiten evaluar tanto el desempeño de la vaca como el propio sistema en donde funciona la vaca lechera; en este caso la finca o empresa lechera propiamente.
Peso y edad al primer servicio (PAPS, EAPS)
El peso y la edad al primer servicio están correlacionados y por ende se deben aplicar ambos criterios para decidir la habilitación del servicio por monta natural o inseminación artificial. Entre los 15 y 18 meses en las razas pesadas se debe lograr un peso entre las 750 y 900 lb, dependiendo del programa de alimentación. Las hembras que se preñan por debajo de la meta mínima de peso, sin dudas presentan problemas al parto, en el puerperio y su producción de leche es reducida en un 35% en comparación con hembras que cumplieron con el peso ideal.
Peso al primer parto (PAPP)
Este índice es importante para alcanzar una producción de leche acorde con el potencial de la raza y, a su vez, garantizar la restauración ovárica más temprano. Este indicador es muy variable, sobre todo cuando la naturaleza genética de los animales cambia como es el caso de cuando las hembras bovinas son el producto de cruzamientos europeo x indostano, razas pesadas (Holstein, Pardo Suizo) x Razas Pequeñas (Jersey) o medianas (Ayrshire, Guernsey). De allí que es importante contar con los referentes del peso corporal de las razas principales y tomar en cuenta el grado del cruzamiento, la edad y el perfil de alimentación. En las condiciones tropicales la edad al primer parto en las razas pesadas oscila entre 875 y 1000 lb; lo que indica que el desarrollo somático se encuentra entre 15 y 24% por debajo del patrón corporal.
Periodo abierto total (PAT) e intervalo entre partos (IEPs)
El periodo abierto total (PAT días) está formado por el periodo abierto obligatorio que equivale a los siguientes 45 días después del parto (PAO días) y el periodo abierto electivo (PAE días) respectivamente. El tiempo que transcurre entre el parto y el establecimiento de una nueva preñez incluye el tiempo que corresponde al puerperio y la recuperación del tracto genital, así como también al tiempo que transcurre entre la finalización del puerperio y el momento en que se establece un servicio por inseminación artificial o monta natural que conduce a una gestación. El periodo abierto obligatorio para una vaca con parto normal es entre 45 y 50 días; mientras que para un parto distócico se amplifica entre 55 y 80 días, pudiendo ser mayor en el caso de las vacas que se les aplica una cesárea. El periodo abierto obligatorio (40 a 45 días) y el periodo abierto electivo (45 a 105 días) forman el periodo abierto total.
Este periodo abierto total depende en gran medida de cuando se restablece el ciclo estral por lo cual el aparecimiento al primer celo y en la primera ovulación pospartal, son factores que confirman el restablecimiento reproductivo, como requisito para conducir a un ciclo estral efectivo y lograr el establecimiento de una nueva preñez; aun en el momento más crítico del metabolismo y de las exigencias nutricionales por la producción de leche. El requisito zootécnico es que el periodo abierto total debe oscilar entre 50 y 110 días postparto, ya que la extensión de este indicador tiene un efecto curvo lineal sobre el desempeño lactacional y el aporte económico en la finca lechera. En términos prácticos, solamente entre 25 y 35% de las vacas lecheras presentan un periodo abierto conforme a la meta, ya que son múltiples razones que conducen a la prolongación del periodo postparto para establecer la gestación.
Los indicadores de la reproducción o índices reproductivos determinan una influencia directa e indirecta sobre los índices de la producción de leche y los ingresos que recibe la finca en concepto de la comercialización del producto sin procesar. Estos índices reproductivos pueden ser relacionados con la medida en que se aprovechan los vientres efectivos en la finca y en la economía de la producción.
Los principales índices reproductivos del ganado bovino constituyen valores ideales o muy próximos a la meta zootécnica, aunque puede haber rangos permisibles dependiendo de la variable o índice reproductivo. Estos valores deben constituir una plataforma referencial, sin que ello indique que no hay valores flexibles, ya que en la práctica pueden ocurrir variaciones, especialmente, ampliaciones; como por ejemplo: Intervalo entre partos, periodo abierto, servicios por concepción, edad al primer parto, número de partos viables, longevidad productiva y duración de la vida útil.
La causa más frecuente del atraso reproductivo en la vaca lechera es la falla en la detección del celo y la ejecución del servicio fuera del periodo oportuno; sin embargo, también se deben incluir la mortalidad embrionaria temprana (cerca del 30% del total de las causas) como una consecuencia del estrés calórico, por patologías del tracto genital y la salud uterina; mientras que la falla reproductiva hormonal y ovárica están determinadas por un perfil nutricional deficitario en la fase crítica de la lactación, donde la condición corporal se ha utilizado como herramienta para ayudar en la enmienda del manejo nutricional y el apoyo a la restauración del ciclo estral para que el periodo abierto total sea inferior a los 105 días después del parto.
El intervalo desde el parto al primer servicio como meta debe estar entre 55 a 105 días cuando la detección del celo y la ejecución de la inseminación artificial son apropiadas, partiendo que no hay problemas en la concepción y supervivencia embrionaria. No obstante, hay una ocurrencia probable y considerable de fallas en tal sentido, por lo cual, el manejo reproductivo postparto debe ser persistente en maximizar las acciones para culminar con establecer una gestación en menos de los siguientes 105 días después del parto. Los días al primer servicio es un buen indicador de la eficiencia de la detección del celo y ello es útil para el manejador que no tiene un periodo de espera voluntario al primer servicio.
Periodo seco (PS)
El periodo seco es importante para recuperar las reservas corporales, liberar el sistema digestivo de los alimentos con alto contenido de almidones y permitir la recuperación del sistema locomotor. Las vacas también precisan de un periodo seco para regenerar el tejido secretor, el cual ha sido estipulado entre los 60 y 30 días de forma tal que se puedan preparar el tejido parenquimal mamario para la próxima lactación. Las vacas que reciben un periodo seco normal, producen de 25 a 38% más leche que aquellas que no recibieron el periodo seco o que el mismo es muy corto. Este periodo requerido es al menos 30 días para garantizar la buena calidad y producción del calostro. Muchos estudios indican que al acortar el periodo seco se beneficia la reproducción postparto en la vaca lechera.
Longitud gestacional (LG)
Este índicador es relativamente constante, sin embargo, hay ciertas variantes entre las razas, según el sexo, peso de la cría y entorno microambiental, sobre todo en condiciones de estrés calórico y por manejo propiamente. El estándar para la hembra bovina oscila entre 274 a 278 días; sin embargo, las vacas de la raza Pardo Suizo poseen entre 278 a 288 días. Este valor es de utilidad porque contribuye a la conformación del intervalo entre partos, ya que la otra parte la representa el periodo abierto total, el cual es el de mayor variación. Este periodo es definido siempre y cuando la cría sea viable en términos anatómicos y funcionales y, por ende, los abortos y partos prematuros no definen una longitud gestacional normal y utilizable zootécnicamente para evaluar la biología y economía de la vaca lechera.
Longitud del periodo de producción (LL)
El tiempo que transcurre para la vaca en producción conforma la extensión del periodo lactacional que en la teoría va desde el parto hasta el secado. Mientras que en la práctica dicho periodo corresponde al tiempo que la producción de leche fue comercializada; es decir, del tiempo postparto se restan los primeros 7 días después del parto a pesar de que la secreción calostral tiene un valor económico importante, pero no para la venta con destino a la industrialización. El tiempo de producción puede ser real y ajustado a los 100 y 305 días, siendo estos más justos para evaluar el potencial lechero. (índices reproductivos).
Los índices reproductivos y lactacionales mencionados hasta ahora sirven para definir otros indicadores que se traducen en el valor de la eficiencia y del aporte en producción y en consecuencia forman la base para la evaluación económica.
Taza de preñez (TDP) (Índices reproductivos)
La tasa de preñez (TP) es un indicador de la eficiencia reproductiva de todo el hato lechero y, en consecuencia se precisa tener un sistema de control reproductivo sistematizado con seguimiento sostenido y metas precisas en correspondencia con el ciclo reproductivo y lactacional de la hembra bovina lechera. La TP se calcula convencionalmente según la siguiente fórmula: TP = TDC x TC; donde la tasa de detección de los celos (TDC) se multiplica por la tasa de concepción (TC). No obstante, la tasa de preñez también se determina así: TP = TDC x 1/SPC donde la tasa de detección de los celos se multiplica por el inverso de los servicios por concepción. Sin embargo, Wiltbank (2012) ha definido la tasa de preñez por inseminación artificial así: TP = FV x FT x EDC x EIA donde FV es la fertilidad de la vaca, FT es la fertilidad del toro, EDC es la exactitud en la detección del celo y EIA es la eficiencia en la ejecución de la inseminación artificial.
La ganadería tropical tipo leche evidencia grandes fallas en la detección del celo, sobre todo porque los modelos más avanzados se han mentalizado en la inseminación artificial y, por otro lado, existen múltiples factores que afectan la presentación del celo, así como la eficiencia con que nos damos cuenta en el momento oportuno del celo para ejecutar la inseminación propiamente. Adicionalmente, también hay fallas en la ejecución de la inseminación por la variación en la duración e intensidad del celo y por los márgenes en que suele ocurrir la ovulación; condición que está subordinada por el estatus energético y proteico durante la fase lactacional en sus primeros 120 días. La baja tasa de preñez anual trae como consecuencia la ampliación del intervalo entre partos, un retraso del próximo ciclo de producción y un aumento de los costos inefectivos del manejo reproductivo.
Servicio por concepción (SPC) (Índices reproductivos)
Esta dado por el número de servicios que se necesitan para preñar una hembra. Este puede variar de 1 a 3 servicios por producción. En un hato con buen manejo en donde se utiliza la inseminación artificial, el promedio de servicio por concepción debe ser de 1.5. La meta de un buen programa de control reproductivo es que cada hembra bovina con la madurez mínima funcional logre concebir una gestación exitosa, mantenga su salud y que la cría se dé un buen material genético. Esa es una fortaleza biológica de los rumiantes lecheros, especialmente de la vaca, de la cual podemos obtener mucho beneficio siempre y cuando se utilicen las normas de alimentación, cuidado oportuno y manejo zootécnico en el marco empresarial para el trópico.
El valor y la contribución reproductiva de la vaca lechera descansa en su facultad biológica de generar un ovulo fértil, mantener una función glandular y ovárica viable para definir el celo, la ovulación y reconocer una preñez recién producida, sostener la gestación, producir una cría sana con potencialidades genéticas y producir leche durante diez meses. Dicha problemática requiere básicamente mejorar la detección de los celos, ser más eficiente en la implementación de la inseminación artificial, adecuar el perfil de alimentación en el periodo postparto temprano para evitar los balances energéticos y proteicos negativos simultáneos. En la misma dirección del mejoramiento reproductivo, es necesario utilizar los métodos de sincronización del celo con la inseminación a tiempo fijo. Desde luego que si podemos mejorar la tasa de preñez con inseminación artificial, emplear semen sexado y garantizar un cuidado y desarrollo de los reemplazos oportunamente, las fincas podrán satisfacer sus propias necesidades de novillas con alto valor genético con proyección al medio tropical.
Edil E Araúz S1., Reinaldo De Armas2, Eduardo Araúz Y3 y Joseph Grajales4 M. Sc. 1Ciencia Lechera y Fisiología Animal, Prof. de Fisiología Animal, Adaptación, Estrés y Bienestar Animal, Producción lechera y Selección Bovina. Laboratorio de Fisiología Animal y Ciencia Lechera, Depto. de Zootecnia, Universidad de Panamá. 2 Ph. D. Rep. Animal, Centro de Investigación en Biotec. Animal (CIBA), Profesor de Rep. Animal, Biotec. Animal y Salud Animal, Universidad de Panamá. 3, 4 Ingeniero Agrónomo Zootecnista