La prevención de la leptospirosis bovina a través de la vacunación es, sin duda, una herramienta importante en su control; sin embargo, por las características patogénicas y antigénicas de esta bacteria, se debe complementar
La leptospirosis bovina es una patología a la cual se le debe prestar relevancia especial por dos razones en particular: Minimizar las pérdidas económicas que genera en las explotaciones bovinas del país y, el posible riesgo de infección humana cuando se está en contacto con animales infectados.
La prevención de la leptospirosis bovina a través de la vacunación es, sin duda, una herramienta importante en su control; sin embargo, por las características patogénicas y antigénicas de esta bacteria, se debe complementar, dicho control, con el uso de antibióticos eficaces y eficientes, que cierren su ciclo patógeno.
Generalidades de la leptospirosis bovina
Existen dos especies de leptospira que estableció la Organización Mundial De La Salud (OMS) desde 1962: L. interrogans y L. biflexa.
- interrogans es la que se identifica por generar patogenicidad, mientras que la L. biflexa es una especie saprófita la cual no genera daños en el organismo. Actualmente existen dos tipos de clasificación, en las cuales se conservan las características generales, taxones, de cada tipo. Estos tipos de clasificación son: Molecular y serológico.
Clasificación molecular: Aquí se reconocen siete especies patógenas de L. interrogans: L. inidai, L. borgpetersenii, L. interrogans, L. kirschneri, L. noguchii, L. santarosai y L. weilii.
Clasificación serológica: Es la más utilizada y práctica. Se basa en la detección antígeno – anticuerpo, en la cual anticuerpos específicos reaccionan con los diferentes antígenos presentes en las membranas celulares de las leptospiras. Esta clasificación reconoce 23 serogrupos que contienen 200 serotipos.
Como se puede observar en esta última clasificación, la diversidad de serotipos es de 200 y algunos autores sostienen que es más alta. Al presentar esta variabilidad antigénica entre las diferentes leptospiras, hace que los esquemas de vacunación no alcancen a generar anticuerpos para todos los serotipos que pueden afectar al bovino; es decir, no hay inmunidad cruzada entre todos los serotipos de leptospiras. A esto le debemos agregar el hecho que, tanto las leptospiras de campo, como las presentes en las diferentes vacunas (bacterinas) tienen una respuesta antigénica limitada, generando poco numero de anticuerpos con corta vida útil, es decir, no protegen contra todos los grupos de leptospira y su acción es corta, de 4 o 5 meses, requiriendo que los protocolos de vacunación con leptospira incluyan revacunaciones no mayores a 5 meses, por lo que el complemento en el control de la leptospira bovina, con tratamiento antibiótico, es una práctica importante.
Epidemiología y signos clínicos de la leptospirosis bovina
El gran número de factores ambientales que influyen en la presentación de la leptospira, hace que su epidemiología sea compleja. Las infecciones varían según el sitio geográfico y las condiciones climáticas.
La leptospira se encuentra presente en la mayoría del territorio nacional; sin embargo, favorece su habitad temperaturas de 30 ºC, con suelos de PH 7,2 a 7,6, aguas estancadas o con poco movimiento (humedad), sobrevive a – 20 ºC por 100 días, es sensible al sol y puede vivir en su ambiente hasta por 180 días.
Para entender mejor el comportamiento de la leptospira en los animales, es mejor ver por separado terneros y animales adultos (vacas y toros).
En el ternero la enfermedad se puede presentar en forma aguda, con fiebre alta, anemia, ictericia, hemoglobinuria, con lesiones histopatológicas hepáticas y renales características. El periodo de incubación esta entre 3 – 7 días.
En las vacas el periodo de incubación es de 20 – 60 días, presentándose abortos, mortalidad embrionaria, mortinatos, nacimiento de crías débiles, infertilidad, disminución en la producción de leche hemoglobinuria (no siempre) e ictericia.
Varias especies se comportan como reservorios de la enfermedad, entre estas una de la más importantes son los roedores. Estos se infectan y no sufren la enfermedad, pero excretan la leptospira por la orina a lo largo de su vida; estos vectores, son los encargados de diseminar la enfermedad en las diferentes fincas, de leche y doble propósito, en ganaderías extensivas los animales pueden ser infectados gracias a animales silvestres que son reservorios de la enfermedad, tal es el caso de los chigüiros, roedor de gran tamaño que habita en varias regiones de Colombia.
Se puede presentar una infección directa cuando la vaca infectada amamanta al ternero, tan bien por vía venérea, lamido de genitales, por orina y semen.
Los fetos se pueden infectar por vía transplacentaria, es decir, de la vaca al feto. Los terneros pueden morir y ser abortados o sobrevivir y nacer con una infección preestablecida convirtiéndose en portadores.
La infección indirecta, como se mencionó, puede darse por la orina de roedores, fetos abortados, secreciones uterinas, pastos, alimento y bebidas contaminadas.
La leptospira es móvil penetrando fácilmente en varios tejidos, causando grandes procesos inflamatorios. Esta bacteria interviene en la agregación placentaria produciendo trastornos en la coagulación. Produce inflamación en varios tejidos como: útero, oviducto y riñón.
A nivel de glándula mamaria, la leptospira puede generar mastitis con sangre y algunas oportunidades agalactea o lo que conocemos como “gota de leche”, fenómeno en el cual, por ejemplo, la vaca está produciendo hoy 15 litros de leche y al otro día 1 – 2 litros o no produce leche.
Varios abortos al tiempo, también denominados “Tormentas de abortos”, se pueden presentar en las diferentes explotaciones en el último tercio de gestación, pudiéndose dar retención de placenta.
Control y tratamiento
Dentro de las medidas de control de la leptospirosis bovina está el alejar a los animales de huéspedes que sean reservorios de la enfermedad, como es el caso de los roedores y realizando programa de erradicación de estos.
Los esquemas de vacunación se deben realizar teniendo en cuenta que las vacunas existentes para esta patología son bacterianas, es decir, son bacterias muertas, que cuando se aplican por primera vez es fundamental realizar una dosis de recuerdo entre 15 y 30 días después, con revacunaciones máximo cada 5 meses. Estas vacunas deberán llevar el máximo número de serovares posible, 8 – 9, teniendo siempre, como mínimo en su formulación, el serovar Hardjo y Pomona, presentando éste último, la mayor antigenicidad cruzada de los diferentes serovares presentes en las vacunas del mercado.
Se debe tener en cuenta que con la vacunación no se controla la leptospiruria, lo que permite que la leptospira pueda alcanzar la placenta y generar aborto. Es por lo que el utilizar antibióticos es una alternativa importante de control de la leptospira.
Desde hace tiempo se utiliza la dihidroestreptomicina a dosis altas por 4 o 5 días para el tratamiento de la leptospira, sin embargo, en el caso de los bovinos, tener que manejar grupos de animales por este número de días, resulta en un manejo costoso y poco práctico.
La Oxitetraciclina en formulación larga acción (LA), es una alternativa terapéutica eficaz y eficiente para del tratamiento y control de la leptospirosis. La farmacocinética y farmacodinamia de este antibiótico, sumado a su espectro, lo convierten en una herramienta importante en el control de esta enfermedad. La formulación LA de la Oxitretraciclina permite tener concentraciones mínimas inhitorias para esta bacteria durante 6 días, con lo que con un solo manejo se pueden tratar varios animales al tiempo.
En los casos donde se encuentre positivad a la leptospira y esté generando abortos, se podría tratar a los animales preñados con una dosis de Oxitetraciclina LA. De igual forma a las vacas o novillas que vallan a entrar en un programa de inseminación artificial, programa de receptoras o protocolo de IATF (inseminación a tiempo fijo), se pueden tratar con una dosis de Oxitetraciclina LA 6 días antes de recibir el servicio, controlando las posibles leptospiras circulantes, las cuales más adelante podrían generar mortalidad embrionaria o aborto.
La combinación de vacunación y tratamiento antibiótico son una opción importante en el control de la leptospira bovina.
Conclusión y recomendación
La leptospirosis bovina es una patología que, al bovino lo afecta en su etapa reproductiva, sin descartar, en menor proporción, los efectos patológicos con alta morbilidad y mortalidad que genera en el ternero.
El controlar los vectores, como los roedores, es una medida que puede evitar la infección de los animales en una determinada explotación.
El establecimiento de programas de vacunación acompañados del uso de antibióticos, como la Oxitetraciclina LA, es una estrategia ideal en el control de la leptospirosis bovina.
Ricardo J. Mesa C., M.V., Esp., MSc.
Director Científico Tecnoquímicas S.A
División Veterinaria