La mastitis bovina es una inflamación de la glándula mamaria que provoca cambios en la composición bioquímica de la leche y en el tejido de la glándula. La mastitis se presenta cuando la ubre se inflama y las bacterias invaden el canal del pezón y la glándula mamaria, estas bacterias se multiplican y producen toxinas que dañan al tejido glandular, esto provoca un incremento en el número de leucocitos o de las células somáticas en leche, reduciendo la cantidad y afectando al mismo tiempo la calidad de la leche y de sus derivados.
La puerta de entrada para que las bacterias ganen el interior de la glándula mamaria es el esfínter del pezón que es mantenido permanentemente cerrado gracias la potentes músculos lisos que a circundan. En la extremidad del pezón existen células que secretan substancias bactericidas (Roseta de Furstemberg) y entre un ordeño y otro, las células epiteliales que recubren el interior del esfínter secretan moco que no permite el paso de cualquier substancia por el canal.
La única posibilidad es la inoculación de las bacterias causantes de la mastitis, en el momento del ordeño, con ayuda de la presión de vacío del equipo u por contaminación de la mano del ordeñador, aliado a grietas o heridas en el pezón. En el inicio y final del ordeño los pezones no están completamente llenos de leche. En esos momentos, si hay reflujo de líquido o de aire conteniendo bacterias, ésas serán inyectadas en la glándula, alojándose en regiones altas y promoviendo el inicio de la infección. Por eso los pezones deben ser desinfectados en el inicio y final del ordeño, así como la mano del ordeñador; esto evitará la infección por mastitis.
En el caso de las infecciones intramamarias, existen cuatro formas del control:
- Cura espontánea,
- descarte,
- tratamiento durante la lactación y,
- tratamiento de la vaca seca.
Aún después de la penetración, generalmente las bacterias no consiguen fijarse en los tejidos y el sistema inmunológico libera enzimas y proteínas y, posteriormente, los macrófagos (células fagocitarias derivadas de los monocitos) de la sangre entran en acción, avisando los neutrófilos para que migren para el local de la infección, iniciando la fase de destrucción de los invasores. Otras células polimorfonucleares sanguíneas son también secuestradas para el local. Ésta es la fase de mastitis sub-clínica.
Señales de alerta de la mastitis
Como consecuencia de esos eventos, se puede observar alteraciones visuales, como aparición de grumos (identificado en la taza ‘telada con fondo negro’), hinchazón de la glándula, rubor y hasta intoxicación del animal. En ese caso, infelizmente, es identificada la mastitis ya en la fase clínica.
Para identificar la mastitis aún en la fase de instalación (la sub-clínica), se puede utilizar:
a) Prueba de CMT (recolectar 2 ml de leche de cada cuarto en la raqueta propia, añadir igual cantidad de reactiva, mezclar por 10 segundos y hacer la lectura en 20 segundos). Es un buen mecanismo para seguimiento de mastitis sub-clínica y debe ser realizado mensualmente. Lo ideal es muestra de leche de cada cuarto, de todas las vacas, por lo menos tres veces, en un periodo de tres meses. A partir de los resultados calcular la prevalencia y la ocurrencia de los principales patógenos.
b) Prueba CCS (conteo de células somáticas), que son los leucocitos – células relacionadas al mecanismo de defensa en respuesta la una irritación o inflamación, y, UFC (unidad formadora de colonia), que son dos herramientas para auxiliar en el manejo del ordeño en relación a la calidad de la leche, sanidad de la ubre y de la contaminación de los equipos de ordeño. Hoy los laboratorios efectúan esa prueba y caso esos números ultrapasen los límites críticos (CCS inferior a 250 mil cel/ml, cuenta bacteriana global inferior a 5 mil ufc/ml), el productor deberá consultar el médico veterinario. Para la prueba de CCS, lo más altamente confiable (que cuantifica las células somáticas electrónicamente), recolectar mensualmente muestra de 50 ml, representativa de toda leche producida en un ordeño y mezclarla con conservante para lectura a ser realizada en hasta cinco días después de la colecta. De esa manera estarán siendo identificadas las infecciones cuya duración sea superior a 30 días.
Conforme la incidencia de mastitis sub-clínica, las vacas que irán a concluir la lactación, deberán ser tratadas con antibiótico apropiado para vacas secas (disponibles en el mercado), después del último ordeño de la lactancia, en los 4 pezones. Para prevenir infección en el inicio de la lactación, las novillas pueden ser tratadas con infusión de medicamentos para vaca en lactación (disponibles en el mercado) una semana antes del parto y en las vacas es recomendable infusión de medicamentos para vacas sin leche, administrado 45 días antes del parto, evitando infección causada por Staphylococcus aureus.
Se puede considerar también el uso de vacunas específicas contra causantes de mastitis, estando disponibles para Coliformes y Staplhylococcus aureus.
El criterio profiláctico llamado ‘línea de ordeño’ deberá ser adoptado, donde:
a) las novillas de primera lactación como primer lote,
b) las vacas saludables como segundo lote,
c) las vacas CMT o CCS positivas como tercer lote y
d) en el final estarán las vacas en tratamiento, para evitar contaminación de otras.
Las siguientes medidas profilácticas deberán ser adoptadas:
Lavado de la ubre y desinfección y de las manos del ordenador con agua clorada (0,5 la 1,0 g de hipoclorito de calcio comercial en 1 litro de agua) o similar, antes de cada ordeño, secando con papel toalla descartable;
Uso diario de taza telada para diagnóstico de mastitis clínicas;
Prueba de CMT o CCS para diagnóstico de mastitis sub-clínica, mensualmente, seguido del aislamiento etiológico, antibiograma y tratamiento específicos;
Desinfección de los pezones por inmersión en solución glicerino yodada después de cada ordeño, usando la siguiente fórmula:
Yodo metálico …………….. 25,0 g
Yodeto de Potasio ……….. 15,0 g
Glicerina ……………………. 0,5 litro Água destilada …………….. 4,5 litros