En los tiempos actuales de la oportunidad ganadera para Colombia, de la globalización, de la necesidad de un uso eficiente de los recursos disponibles y la producción a escala, el margen de rentabilidad es uno de los desafíos más retadores para la empresa ganadera ya que exige un uso eficiente de los insumos de producción para el mantenimiento rentable del negocio; en esta perspectiva, un factor crítico para alcanzar la meta de la eficiencia está estrechamente relacionado con el control de las enfermedades mismas que impactan negativamente en la productividad (baja producción de leche, baja fertilidad, débil tasa de preñez, etc.) y en los costos de producción (descartes prematuros, mortalidad, alimentación), dentro de un programa de salud integral del hato.
De tal forma, la rentabilidad de la empresa ganadera se deriva como consecuencia de la interacción positiva entre la salud general del hato, la eficiencia productiva, los costos de producción, la calidad del producto a comercializar (carne o leche) y el mercado; siendo probablemente la salud el rubro que tiene más impacto sobre la eficiencia y menos impacto sobre los costos de producción; habitualmente es el más susceptible a recortes de inversión, aun cuando se estima que las medicinas y las vacunas impactan entre un 3-5% en los costos de producción.
En términos generales, la salud integral del hato se sustenta en la conocida Triada Epidemiológica, la cual es un modelo ampliamente usado por las organizaciones internacionales en temas de salud para evaluar las causas de las enfermedades; ésta triada se encuentra compuesta por tres elementos estrechamente interrelacionados: Ambiente, Huésped y Agente Patógeno.
Existen otros elementos claves en el manejo de la salud integral del hato ganadero y que tienen gran impacto en el desempeño productivo de la explotación, mismos que muchas veces son obviados o desconocidos dentro del diseño de los programas de salud de hato; tal es el caso de la Dinámica Poblacional, definiéndose como la variación en el tiempo de una población observada con relación a un aspecto en particular, y además considerando que una población se constituye de la suma de los individuos que la componen.
Tomando como ejemplo el nivel de resistencia natural a enfermedades de un hato ganadero promedio, su población tendrá el aspecto de Campana de Gauss, es decir, será con una distribución normal (gráfico N° 1), compuesta por al menos tres (3) subpoblaciones dependiendo del nivel relativo de resistencia. La subpoblación A tendrá una resistencia relativa baja lo que hace a estos individuos más susceptibles a enfermedades, a diferencia de la subpoblación B quienes tendrán una resistencia relativa alta haciéndolos más resistentes a enfermedades; estas dos subpoblaciones serán más pequeñas que el promedio por estar en los extremos de la campana, mientras que la mayor proporción de animales del hato (subpoblación A+B) tendrán un nivel resistencia media a las enfermedades por estar compuesta de los individuos más resistentes de la subpoblación A y los menos resistentes de la subpoblación B.
Gráfico N° 1: Modelo de Dinámica Poblacional en relación a la resistencia relativa en un hato ganadero promedio. Adaptado de: Bovine Immunology en Bovine Veterinarian Magazine.
En la práctica, la Dinámica Poblacional facilita el diseño de los programas sanitarios en el hato, ayuda a entender cómo se mueven las enfermedades en los diferentes grupos de edades dentro de la explotación, evidencia el progreso de las estrategias de control y prevención, y explica de manera lógica que las respuestas a las prácticas de manejo en los individuos de la población se manifiestan como inmunidad del hato.
En este sentido, Tizard (1996) define a la Inmunidad de Hato como “la resistencia de un grupo entero de animales para controlar una enfermedad, por la presencia en esos grupos, de una proporción de animales inmunes”.
Considerando el gráfico N° 1, si a este se incluye un nivel desafío medio para una enfermedad cualquiera, es fácil determinar que la mitad izquierda de la población será susceptible y la mitad derecha será resistente a la enfermedad (gráfica N°2).
Todos los programas integrales de salud utilizan a las vacunas y a la inmunización como su base fundamental, es por esto que el uso mantenido en el tiempo de las vacunas ejerce varios efectos impulsores de la inmunidad de hato; el más evidente de ellos y de forma directa es la movilización de la campana hacia la derecha, es decir, en dirección a la resistencia (gráfico N°3), lo que conlleva a que exista un mayor número de animales resistentes aun cuando se mantenga el mismo nivel de desafío.
El segundo efecto importante también se puede observar en el gráfico N°3; es el ejercido por las vacunas de manera indirecta, ya que cuando se incrementa sistemáticamente y año tras año la resistencia de la población hacia una determinada enfermedad, habrá cada vez menos individuos en la población que puedan servir de hospederos y/o reservorios del patógeno por lo que su circulación dentro del hato será menor disminuyendo cada vez más el desafío e impulsando la resistencia a un mayor nivel (gráfico N°3).
Sobre la base de lo descrito, en una población (hato ganadero) los niveles de resistencia y desafío son móviles, variables y dinámicos dentro de cada individuo, es por esta razón que cualquier aspecto (clima, alimentación, ingreso de nuevos animales, reservorios naturales, etc.), que rompa la estabilidad dentro del hato puede hacer que el desafío supere a la resistencia presentándose brotes de enfermedad.
Por ello, aspectos como la elección de la vacuna a utilizar para controlar el patógeno, el manejo, la nutrición y el nivel de producción, son también claves para alcanzar un adecuado nivel de inmunidad de hato dentro de un programa integral de salud.
Cabe mencionar además que en la medida que la producción aumenta, aumentan los riesgos potenciales y aumentan los requerimientos para mantener la inmunidad de hato, lo que se deriva en otro factor clave de éxito: el seguimiento al desempeño productivo como expresión de la salud integral del hato, por supuesto sin dejar de lado las buenas prácticas de manejo ganadero y la alimentación que son componentes de la triada antes mencionada.
Gráfico N°2: Nivel de resistencia de las subpoblaciones con un nivel de desafío medio. Adaptado de: Bovine Immunology en Bovine Veterinarian Magazine.
Gráfico N° 3: Nivel de resistencia de las subpoblaciones con un nivel de desafío medio. Adaptado de: Bovine Immunology en Bovine Veterinarian Magazine.
Juan C. Alvarez S.; MV, MBA