Dentro de la ganadería en Colombia se encuentran dos tipos de moscas que se clasifican en chupadoras o picadoras y que son un problema en el ganado de carne y leche. En este artículo hablaremos de las picadoras o hematófagas que son las que más perdidas económicas causan, siendo las más conocidas: la mosca brava de establos (Stomoxys calcitrans) y la mosca de los cuernos o paletas (Haematobia irritans).
Las moscas son portadoras de patógenos que pueden generar enfermedades importantes, contaminan alimentos e irritan a los animales. Por ello, es esencial realizar un control integral contra larvas y adultos.
Las formas adultas se alimentan de sangre, provocan estrés en el animal, obligándolo a tener una pérdida de energía al realizar movimientos continuos con la cabeza, las orejas y la cola, disminuyendo el tiempo de alimentación y con mermas en la producción de carne y leche. Se considera que las moscas picadoras causan una disminución del 25% en la producción de carne y leche.
El concepto de “manejo integrado” es el que rige a un correcto y eficiente plan de control de moscas. Las diversas alternativas: control cultural, químico y biológico, están apuntando a mitigar las poblaciones de moscas en los distintos estadios de su ciclo biológico.
Las moscas que se ven volando corresponden solo al 5% del problema real. El 95% restante se encuentra como fases no adultas distribuidas en la materia orgánica en descomposición. (Godoy, g. 2003)
Mosca de los establos (Stomoxys Calcitrans)
Es la más común en zonas templadas y se encuentra en todo el mundo, mide entre 5 y 8 mm de largo. Tiene una probóscide penetrante, se alimentan de sangre, y después de alimentarse buscan un nuevo como el establo, cercas, paredes o árboles. La hembra pone los huevos sobre la paja húmeda, el estiércol o material en descomposición y puede poner 500 huevos en grupos de 40- 50.
Las larvas se alimentan de material vegetal. En clima caliente, el ciclo de vida en promedio dura 3 semanas. El desarrollo de los estadios juveniles de estas larvas se reproduce en heces de herbívoros con altos niveles de humedad.
De hábitos diurnos, están activas durante un corto periodo de tiempo cada día, normalmente en las horas de la tarde.
Enfermedades que transmite:
El umbral de daño se ha establecido en 25 moscas por animal pues cantidades mayores provocan anemia y disminución en las tasas de crecimiento.
Algunas especies de este género han sido relacionadas con la transmisión de: anaplasmosis, tripanosoma, brucelosis, viruela aviar, fiebre aftosa o bacterias asociadas a enfermedades, aunque su mayor interés sanitario radica en el impacto de la propia picadura sobre el ganado, generando significativas pérdidas económicas.
Mosca de los cuernos (Haematobia Irritans)
Es un pequeño díptero de color gris oscuro; mide entre 2 y 3 mm de largo, la cabeza es relativamente grande y posee gran movilidad. De la parte ventral de la cabeza emerge una potente proboscis con la cual perfora la piel del vacuno para alimentarse de sangre.
Una de las características principales para su identificación en las fincas, consiste en observar que la mosca de los cuernos tiene el hábito de agruparse sobre determinadas regiones del hospedero, tales como la zona cercana a los cuernos, giba, cuello, lomo y región costal. Cuando llueve, o en condiciones extremas de calor, se ubican en la parte inferior del abdomen o en la entrepierna.
En su estado adulto vive la mayor parte del día sobre el animal. La acción parasitaria es casi permanente. Según Powell, tanto los machos como las hembras se alimentan 10 a 40 veces al día, durante 10- 25 minutos en cada alimentación, cada mosca ingiere en promedio 14.6 mg de sangre por día, estimándose que una infestación anual con 500 moscas por animal produciría una pérdida de 2,6 litros de sangre/animal/año.
Un factor que ha favorecido el gran incremento en la población de moscas es su ciclo biológico corto. Éste es un punto importante para su control, ya que este parásito tiene la capacidad de producir un gran número de generaciones en el año las cuales representan un riesgo en la producción de bovinos.
Para emprender un programa integrado de control de las moscas hematófagas hay que establecer diferentes medidas de manejo, teniendo en consideración los beneficios asociados a implementar estrategias que combinen métodos culturales, biológicos y químicos.
Control cultural
Prácticas que tienen la finalidad de generar un ambiente limpio e higiénico tendientes a reducir al mínimo los sitios de oviposición de la mosca adulta. La finalidad es evitar que se cree el ambiente ideal para su desarrollo. Debe recordarse que el sustrato o medio ideal para que las moscas que depositen sus huevos, es la materia orgánica húmeda y en principio de descomposición.
El mantenimiento de la higiene de los corrales por medio de limpieza mecánica y la compactación del estiércol apilado, convierte el hábitat en poco apropiado para la cría de moscas.
Control biológico
Permite reducir la carga de moscas a través del uso estratégico de un insecto que es naturalmente parásito de la mosca adulta. Este insecto es una avispa que localiza y parasita las pupas evitando que emerja el adulto y cortando el ciclo biológico normal de la mosca. Las dos especies más utilizadas son: Spalangia endius y Muscidifurax raptor. Este método es inocuo para el hombre y los animales.
Control químico
Baños insecticidas a base organofosforados y piretroides.
Se realiza por medio de la aplicación de compuestos químicos que permiten realizar un control poblacional sobre las moscas. Estos métodos pueden afectar estadios maduros o inmaduros.
Debemos utilizar una combinación de principios activos con un buen sinergismo de acción, mayor eliminación parasitaria y alta eficacia por un largo periodo de tiempo. Es muy importante hacer una predilución del producto en agua, agitar la mezcla hasta la completa homogeneización y utilizar de 4 a 5 litros de esta mezcla por animal adulto. Bañar toda la superficie del animal, especialmente regiones como papada, entrepiernas y orejas.
Ningún método de control aislado permitirá reducir la población de moscas por debajo del umbral de molestia con resultados que perduren en el tiempo. Por el contrario, si se tiene presente el concepto de “control integral” complementando 2 o más de los métodos descriptos en este manual: culturales, biológicos y químicos, se podrán reducir hasta un 90% las poblaciones de moscas dependiendo del manejo y sistema de producción objetivo. Implementar un “manejo integrado” para el control de moscas dentro del sistema productivo debe ser concebido por el productor como una responsabilidad tanto a nivel social como ambiental.
Se debe tener presente que todo control exitoso generará mejoras en los índices productivos, que se verán reflejados en términos económicos.
Fernando Hecney Sedano Ramirez
Especialista Técnico Salud Animal Ourofino – Colombiafernando.sedano@ourofino.com