No se puede pensar en incrementar la productividad sin asociarla a la medicina preventiva. La pandemia del virus Covid-19 con sus devastadoras consecuencias ha impulsado a la humanidad hacia la expansión de sus límites, particularmente en el sector agropecuario donde la tradicionalidad gobierna los modelos de negocios, hoy en día el mayor reto es la adaptación al cambio desde cada colaborador dentro de la empresa ganadera hasta la forma de comercializar los bienes y servicios necesarios para la continuidad financiera de la empresa.
La restricción de movilidad y la responsabilidad individual de distanciamiento para contener al máximo la pandemia, ha impulsado el teletrabajo, la telemedicina, la educación continua virtual, el comercio mediante plataformas electrónicas, en fin, ha obligado a adoptar herramientas y culturas empresariales que ya eran utilizadas de forma limitada demostrando la capacidad del ser humano para cambiar y avanzar ante lo que ha sido la mayor amenaza vivida en las últimas décadas.
En este ambiente, la incertidumbre se ha manifestado con todas sus caras llevando a los empresarios a tomar decisiones tan variadas que van desde la paralización operativa (empresas que cerraron puertas anticipadamente) hasta el rediseño, la innovación y transformación (empresas que tomaron ventaja del momento y ahora están fortalecidas).
Por supuesto que existe la fuerte sensación que muy poco está en las manos para asegurar el futuro, lo que, junto a la presión de tomar las decisiones correctas con información parcial y colaboradores en una situación similar, lo que quizás tienen la expectativa de que alguien tome la decisión por ellos, se convierte en el crisol perfecto para potenciar la crisis.
La incertidumbre en el mundo empresarial obliga a evaluar opciones, la literatura sobre administración de negocios en estos entornos altamente retadores indica que las empresas hacen sus mayores esfuerzos en evaluar los potenciales caminos a seguir en la búsqueda de la supervivencia de la empresa y preservación de los activos; Brillinger y colaboradores (Business Horizon, 2020) luego de evaluar diferentes modelos empresariales en relación al riesgo y la incertidumbre concluyeron que adaptar la forma como cada empresa “va a su mercado” para sobrepasar los factores de riesgo e incertidumbre lleva a la identificación de nuevas oportunidades y campos de crecimiento empresarial.
Estos autores mencionan que los caminos empresariales tomados más comúnmente son salir o entrar a segmentos de mercado nuevos o no habituales, mejorar los costos de producción, encontrar segmentos de demanda potencial para los bienes y servicios producidos, hacer inversiones en tecnología para aumentar la eficiencia con viabilidad financiera y aumentar la productividad al máximo potencial.
La productividad es quizás el principal factor “puertas adentro de la finca” que impulsa la disminución de la incertidumbre permitiendo al empresario ganadero tomar las acciones que tiene bajo su mayor control traduciéndose en certidumbre hacia el futuro camino al objetivo al cual le apunte.
En relación con la productividad, si se considera que el ciclo productivo del bovino es extremadamente largo en comparación con otras especies (ej.: aves-6 semanas; cerdos-5 meses), cada día de retardo en la toma de decisiones con información parcial y en ambientes inciertos puede representar semanas o meses para obtener el resultado y capitalizar la oportunidad.
Para ilustrar este concepto, en el gráfico N°1 se observa la línea de tiempo causa efecto desde la toma de una decisión y la observación del resultado. En este ejemplo, la decisión de ejecutar un Plan de Programación de Preñeces (Dr. Andrés Valencia en comunicación personal) en vacas lecheras con un protocolo de IATF puede representar una mejora en la productividad manteniendo un número constante de vacas en ordeño mes a mes disminuyendo la variabilidad en la cantidad de leche comercializable, lo cual crea la certidumbre y predictibilidad del resultado esperado.
No se puede pensar en incrementar la productividad sin asociarla a la medicina preventiva, la que en el modelo ganadero contempla todas las acciones necesarias para garantizar la salud del hato antes de la ocurrencia de la enfermedad en la búsqueda de la llamada Inmunidad de Hato. Contrariamente, es común el uso de programas de vacunación que solo incluyen algunos animales del hato, que dejan de lado la importancia de la Dinámica Poblacional del resto de los compañeros de hato que sirven como reservorios de los patógenos y fuentes de desafío-transmisión contra los animales vacunados.
El gráfico N°2 muestra la relación entre el nivel de inmunidad (protección) en relación con el desafío y la ocurrencia de la enfermedad, en este modelo mientras la resistencia colectiva o poblacional este por arriba del nivel de desafío, la ocurrencia de las enfermedades será muy baja, una vez que el desafío sea capaz de alcanzar niveles superiores al de la resistencia de la población, entonces en ese momento la presentación de las enfermedades (signos clínicos) será mucho mayor y las consecuentes pérdidas también se incrementarán.
El enfoque principal de la medicina preventiva es multifactorial y multidisciplinario permitiendo diseñar programas sanitarios que abarquen las cuatro (4) áreas de atención en salud para el hato (ver cuadro N°1) teniendo como resultado el impulso hacia la productividad.
- Atención Primordial: esta área de atención se considera la base de la pirámide en Medicina Preventiva y tiene el objetivo de asegurar la máxima salud posible durante la vida fetal y neonatal para el futuro bovino productor de proteína, bien sea leche o carne.
- Atención Primaria: los objetivos de este nivel concentran su enfoque en evitar la ocurrencia de la enfermedad, en parte es consecuencia de las acciones tomadas en la Atención Primordial favoreciendo altos niveles de salud desde la etapa fetal y neonatal. Como se puede ver en el gráfico N°2, el mantenimiento de un alto nivel de resistencia-inmunidad en la mayor cantidad de individuos de un hato favorece la disminución de los signos clínicos de enfermedad producto del bajo desafío al cual se enfrentan y al alto nivel de resistencia individual y colectiva.
- Atención Secundaria: en este nivel los esfuerzos van dirigidos a la vigilancia constante de la salud del hato, controlar las enfermedades, reduciendo la propagación, severidad y complicaciones.
- Atención Terciaria: las acciones de este tipo de atención están dirigidas a restaurar lo más rápidamente posible la salud del o los animales afectados, de esta forma intentar retomar rápidamente el camino a la productividad.
Aterrizando los conceptos anteriores sobre los tipos de atención y su ejecución en campo, lo más común es encontrar explotaciones ganaderas que hacen grandes inversiones y esfuerzos en las Atenciones Secundaria y Terciaria las cuales son primordialmente reactivas, de corto plazo y con el objetivo de disminuir las pérdidas evidentes por enfermedad; el otro enfoque dirigido hacia las Atenciones Primordiales y Primarias tienen un propósito mucho más profundo con un alcance y amplitud mayor (corto, mediano y largo plazo) potenciando la eficiencia de la capacidad productiva de cada individuo del hato.
Siempre es conveniente recordar los principios de la Dinámica Poblacional: 1- en la medida que el hato se hace más grande, que se intensifica la producción, la proporción de pérdidas potenciales también aumenta, 2- las acciones preventivas (atenciones primordial y primaria) en una gran cantidad de animales al mismo momento favorece a aquellos desprotegidos por la disminución del desafío ambiental y la circulación de los agentes causales de enfermedad, 3- la resistencia general de una población a una enfermedad está en relación a la proporción de individuos resistentes sobre la proporción de animales susceptibles, mientras estos últimos sean la minoría, mayor será el control para una determinada enfermedad.
Los principios anteriores no son nuevos en el manejo sanitario ganadero, estos son los mismos principios con los que se rige el Programa de Erradicación de Fiebre Aftosa, el cual con dos (2) ciclos de vacunación masiva (en sabana) al año coloca la mayor cantidad de bovinos en el mismo nivel de resistencia (resistencia poblacional), limitando la circulación del virus y dificultándole a éste que encuentre un grupo de individuos susceptibles (no vacunados), al limitarse la posibilidad de contagio, la ocurrencia de focos o brotes se hace cada vez menor, ese es el camino a la erradicación.
El reto de todo empresario ganadero y de su equipo de trabajo es en principio mantener la continuidad de la operación aún en tiempos de grandes retos, recesiones e incertidumbre, concentrando los objetivos empresariales hacia aquellos que impulsan y permiten alcanzar las metas financieras favoreciendo el crecimiento. De acuerdo con Brillinger et.al. aquellos empresarios que en tiempos de incertidumbre crean una visión de futuro sobre la base de la información disponible, toman riesgos medidos invirtiendo a futuro con certidumbre sobre los aspectos que pueden manejar o administrar, se convierten en los lideres que toman ventaja fortaleciéndose en momentos de gran dificultad.
Colombia no debe voltear la mirada, quienes tomen la decisión de ser víctimas económicas del Covid-19 están condenados a perder mucho más en comparación con aquellos que siguen impulsando sus ganaderías, en producir más con menos no pierde vigencia, el invertir y “no gastar” en medicina preventiva buscando la mayor salud de hato posible se hace un mandato, abrir mercados domésticos e internacionales es la evolución de la ganadería.
Colombia es trópico y ser trópico favorece para ser más productivos si finalmente cada ganadero se prepara para transitar el cambio de la tradicionalidad a la producción eficiente con los recursos disponibles, la inversión requerida y la planificación adecuada, el futuro será más que prometedor y aumentar la productividad de su hato.
Juan Carlos Álvarez