Hablar de crisis inflacionaria en Colombia es relacionar inmediatamente el debate que se ha dado en los últimos meses alrededor del incremento del precio de la carne bovina al consumidor final, tanto que, los protagonistas de la cadena cárnica hemos analizado las posibles hipótesis de lo que está sucediendo y, por qué no, también soluciones que podrían ayudar al sector.
Entre las variables actuales que están incidiendo en el comportamiento del precio de la carne para consumo interno, se puede mencionar, entre otras, las siguientes: a) La guerra de Ucrania y Rusia que está ocasionado restricciones en suministros de materias primas, incremento de precios de energía, lo que, a su vez, disparó los costos finales de los alimentos; b) La emergencia sanitaria de la pandemia del Covid 19que impactó a los mercados; c)La inflación creciente; d) actividades de diversos actores inmersos en las cadenas de suministro que se encargan de encarecer el producto sin que haya una relación directa con la agregación de valor.
En este último punto, vale la pena aclarar que el productor no es el que recibe las mayores ganancias por el procesamiento de los bovinos, sino los intermediarios. El precio de venta de la carne al consumidor nunca ha caído, al contrario del valor del ganado. Por ejemplo, en 2018, cuando se conoció la noticia del segundo brote de aftosa y varios países suspendieron las compras de ganado colombiano, el índice del precio de novillo gordo se redujo en 20 puntos, en tanto que el de la carne se mantuvo estable.
Por otra parte, se debe mencionar que algunos de los insumos pecuarios han triplicado prácticamente su valor hasta en un 150%, incidiendo directamente en el primer eslabón de la cadena cárnica: los productores. Un bulto de sal mineralizada que antes se compraba en $50.000, hoy se encuentra en el mercado entre $130.000 y $140.000, tres veces más costoso que hace algunos meses. Igualmente, la urea, otro recurso primario que se utiliza en las actividades agropecuarias, costaba $58.000 y en la actualidad cuesta alrededor de $240.000. Lo anterior refleja que los costos de producción para el pequeño, mediano y gran ganadero se han visto impactados por el alza de estos insumos y, por ende, dicho factor incide en el valor del precio de la carne para el mercado interno.
El caso de Argentina
Ante la propuesta de prohibir en Colombia las exportaciones de ganado en pie, podemos tomar como referencia y analizar con datos estadísticos la situación presentada en Argentina cuando en marzo de 2006 el gobierno de ese país procedió a una suspensión temporal de exportaciones; desde ese entonces han pasado por procesos de operación con restricciones, aperturas y recurrentes suspensiones. Revisemos.
Su consumo per cápita cayó de manera lineal de 70 kilos en 2006, hasta 47.3 kilos en 2021. Todo esto mientras se mantenía un nivel de exportaciones de carne vacuna por habitante muy bajo. (Ver gráfica: Consumo per cápita en Kg caso Argentina). Lo mismo ocurrió con el inventario bovino que evidenció una fuerte caída tras el cierre de las exportaciones (Ver gráfica: inventario bovino caso Argentina).
Debido a esto, Argentina, se enfrentó a una desmotivación a la producción lo que ocasionó la disminución de su inventario ganadero y el aumento del costo del producto para los consumidores locales (en los diferentes cortes la carne bovina ha aumentado un 340 % con respecto a los precios del 2020 – 2022). Por otra parte, el crecimiento de la población, ha generado que la producción del inventario actual se divida en más personas, por lo tanto, no ha sido posible mantener el consumo de carne por habitante.
También se tuvo una disminución de los ingresos generados de la exportación de carne vacuna en Argentina. Sumado a que los más afectados por esta medida han sido, sin lugar a dudas, los productores, trabajadores y consumidores. Para el año 2006 el empleo formal de la Cadena de Ganados y Carnes de Argentina era de 897.560 trabajadores; en la actualidad trabajan 477.000.
Volvamos a Colombia
Al aterrizar en el caso puntual de nuestro país podemos ratificar que las exportaciones de ganado en pie aportan dinamismo al mercado interno; la razón se debe a que los mercados globales pagan un valor agregado por el ganado producido en Colombia, lo cual podemos evidenciar en los gráficos: “Competitividad del mercado ante nuevos actores – Precio implícito carne deshuesada bovina (US CIF/Ton)”
Por otra parte, durante el período comprendido entre el año 2002 al 2009, en gran medida las exportaciones del país se realizaban en canal y los diferentes frigoríficos tenían un gran impacto en la comercialización de la carne.
El panorama ideal debe enfocarse en lograr una sinergia entre la apertura de nuevos mercados y la globalización en la comercialización de ganado, dada por la incorporación de la virtualidad en el negocio.
Consecuencias del cierre de exportaciones de ganado en pie
El cierre de exportaciones de ganado bovino en pie no es la solución y es importante dejarlo muy claro con argumentos, por el contrario, traería consigo graves consecuencias:
- El ganado de levante se depreciará al perder el mayor mercado que les demanda para abastecer las necesidades cárnicas de los países que hoy lo compran.
- El país perdería un provechoso comercio relacionado con esta actividad que dinamiza otros sectores económicos.
- Afectaría gravemente el bienestar de unas 249 mil pequeñas familias productoras de ganado quienes son los mayores dinamizadores de esta economía ya que, crían su ganado a base de ordeño doble propósito realizando cruces con razas europeas, convirtiendo sus ejemplares en los más apetecidos por el mercado internacional; están incluso por encima del cebú tradicional que 10 años atrás tenía la mayor demanda.
Por razones desconocidas, hemos perdido de vista el incremento que han tenido otros productos de la canasta familiar (Ver gráfica: Incremento de precios productos de la canasta familiar).
Así mismo, cabe resaltar que, al revisar precios internacionales por kilogramo del novillo gordo en pie, el de nuestro país es uno de los más bajos comparado con estos países que son potencia exportadora (Ver gráfica: Precio novillo gordo).
Conclusiones
- El cierre de exportaciones afecta significativamente el ingreso de 557.747 pequeños productores colombianos. Esto desestimularía la producción de ganado.
- Una eventual disminución del inventario bovino generaría una reducción de la producción carne, ocasionando un incremento en el precio al consumidor final.
- Una escasez de carne bovina pondría en riesgo la seguridad alimentaria del país e iría en contra del objetivo estratégico de volver a Colombia una potencia productora de alimentos.
- Las exportaciones de ganado en pie representan el 1% de nuestro inventario ganadero. Lo cual no pone en riesgo el crecimiento de la producción bovina.
- Prohibir la exportación de ganado en pie nos conducirá a un monopolio por parte de los frigoríficos que exportan en la actualidad, pues el 90 % del mercado está en una sola empresa.
- La exportación de ganado en pie no es el principal factor determinante en el alza de los precios de la carne.
- El gran reto como país es potencializar los niveles de natalidad de un 52% a un 70% mínimo. “Preocupémonos por producir terneros, más no por cerrar sus horizontes.”
- El posicionamiento de nuestra carne a nivel internacional, nos ha dado hoy una sostenibilidad con una proyección creciente. La carne colombiana es apetecida por provenir de ganado criado en pasturas y en un ambiente de bienestar animal óptimo.
- La ventaja comparativa de las exportaciones agrícolas colombianas también se evidencia en otros productos no elaborados del sector primario, cuyo aporte ha sido fundamental para el crecimiento económico del país.
- Las exportaciones dinamizan el mercado interno. Factores de índole cultural de los mercados internacionales, incorporando las fortalezas de nuestro país, vislumbran un buen escenario comercial. No debemos generar barreras de salida.
- Cerrar las exportaciones es retroceder, volver a una ganadería de carne improductiva, desincentivada y atrasada genéticamente que nos aleja de las exigencias de los mercados globales de consumo.
- El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) garantiza que antes de ejecutar un embarque se cumpla con los requerimientos para ofrecer el bienestar animal. (Alimento, agua potable, verificación de corrales, entre otros).
- Incremento del déficit de la balanza comercial producto de la disminución de los ingresos generados por las exportaciones de ganado en pie.
- La exportación de ganado en pie aporta al país un dinamismo comercial y un crecimiento del sector, generando empleos directos e indirectos en diversos renglones (transporte, insumos agrícolas, comercializadores, entre otros)
Recomendaciones finales
• Se deben implementar políticas agropecuarias sostenibles en el tiempo que fomenten la cría de ganado.
• Aumentar la capacidad de carga animal a nivel país.
• Incentivar el uso de métodos silvopastoriles (rotación de potreros).
• Es necesario seguir abriendo protocolos sanitarios con países de mejor poder adquisitivo para exportar los cortes de mejor calidad y dejar remanentes para el consumo nacional.
• Garantizar que en los comedores escolares se proporcione una proteína animal adecuada.
Eduardo Kerguelen Espinosa
Gerente general Subastar S.A.
Miembro junta directiva ASOSUBASTAS