La crianza de nuestras terneras de remplazo comienza desde la gestación. Antes de pensar en protocolos o técnicas de crianza debemos ser conscientes de la importancia de un buen desarrollo fetal.
A su vez, velar por el bienestar integral de la madre gestante garantizando que en el momento del parto se encuentre en óptimas condiciones ya que de ella depende en gran medida el éxito de la cría.
Después de esta pequeña reflexión, enfoquémonos en la cría y levante de las terneras, partiendo de la premisa que cada finca debe definir los criterios y objetivos de la crianza.
¿Cuál es el objetivo de criar y levantar terneras?
Para nosotros, las terneras son nuestras próximas productoras; es por esta razón que debemos invertirles para después exigirles en su etapa productiva.
Esta inversión debe ser estratégica con objetivos y metas definidas. Asimismo, durante esta fase se debe velar por el cuidado integral del animal, en donde la salud, nutrición y buena alimentación juegan un papel fundamental.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante resaltar que, este proceso debe generar rentabilidad; para esto, se debe revisar la viabilidad del levante del animal asegurando una retribución económica mínima que equivalente a la inversión inicial.
Actualmente, nuestra finca cuenta con una carga del 100%, es decir, que debemos ser estratégicos en el momento de seleccionar los reemplazos para garantizar la calidad productiva del animal proporcionando las condiciones requeridas para alcanzar su bienestar y desarrollo.
De igual forma, es importante aclarar que este proceso está estrechamente relacionado con la rentabilidad que generara el animal a largo plazo.
¿Cómo lo hacemos?
Mediante pruebas genómicas las cuales permiten identificar patrones, rasgos o tendencias del animal a largo plazo. En Ganadería Filadelfia, este proceso nos ha facilitado revelar las líneas maternas del futuro, arrojando resultados relacionados con características productivas, reproductivas, de salud y conformación; patrones que hemos utilizado para seleccionar y perfilar las líneas genéticas, buscando la longevidad del animal.
Otro aspecto importante, durante la crianza es el peso al nacimiento del animal, el cual debe estar por encima de los 35 Kg, de lo contrario, podría generar un retraso en los tiempos para alcanzar el peso esperado para el primer servicio.
Nosotros somos fieles creyentes que, en las lecherías especializadas y en fincas pequeñas, no todos los animales que nacen se deben criar; de este modo, se tendría un mayor número de terneras que animales produciendo leche.
Ahora bien, en este momento contamos en promedio con un hato en producción de 40 vacas (excluyendo las vacas secas y novillas), donde la tasa adecuada de remplazo anual para nuestra finca es del 10% lo que equivale a cuatro (4) animales al año.
Si decimos que tenemos una probabilidad del 50% que sea hembra estaríamos hablando que necesitaríamos servir 8 vacas al año con toros Holstein de un alto valor genético para cubrir nuestros requerimientos internos.
Actualmente, la tasa de mortalidad o descarte de nuestras terneras está por debajo del 1% predominando el motivo de aborto.
¿Qué hacemos con el excedente de las crías de terneras que nos nacen?
Tenemos dos enfoques, el primero está dirigido a la venta de F1 para el trópico bajo, en el cual buscamos razas que tengan una facilidad de parto, para no comprometer ni arriesgar la vida de la cría y la madre ya que se podría ver afectada su lactancia y el intervalo entre partos aumentaría, generando una disminución en la tasa de natalidad anual.
Para obtener una mayor efectividad en este proceso, recomendamos utilizar las razas criollas como el Bon, este es un ganado rustico con mucha adaptación al medio y altos niveles de fertilidad.
El segundo enfoque está relacionado con la venta de novillas próximas Holstein en donde hemos podido identificar una oportunidad de mercado ya que el proceso de criar y levantar los animales implica tiempo, dedicación y dinero; razón por la cual, algunos ganaderos buscan animales próximos a iniciar su etapa productiva.
¿Qué tan costoso es llevar terneras hasta su primera lactancia?
¿Cómo influye el tiempo? ¿Qué relación existe entre el tiempo y la ganancia de peso? ¿Cuál es la edad al primer parto de nuestras novillas?
Estas son algunas de las preguntas que nos hicimos en el momento de diseñar nuestro plan de crianza y levante de terneras.
A continuación, detallaremos el esquema que hemos venido implantando en Ganadería Filadelfia:
Primera etapa de las terneras: de 0 a 3 meses
Los animales se encuentran en una sala cunas, el promedio de ganancia de las terneras es de 927 gr/día. Este es el primer periodo donde buscamos mantener a las crías en perfectas condiciones.
Desde el día cero les adecuamos el espacio y suministramos los alimentos necesarios para su crecimiento y desarrollo, tales como agua, pasto, y concentrado a voluntad. El consumo de pasto y concentrado es progresivo, aumentamos la ración hasta alcanzar un máximo de 2 KG de concentrado diario. En cuanto al pasto tenemos una premisa que hace mención a que las pasteras deben estar siempre llenas para estimular desde temprana edad el consumo.
En cuanto al consumo de leche de las terneras solo se les da durante esta etapa y la cantidad es de 2 LT AM/PM.
Adicionalmente, se suministra anticoccodiano a los ocho (8) días de nacida. No obstante, es de gran importancia repetir este proceso a los 11 meses que salen a potrero, con esto promovemos mayor inmunidad frente a las diferentes coccidias. Asimismo, desde el primer mes de nacida se empieza a vitaminizar cada mes hasta que se confirma la preñez del animal.
Segunda etapa de las terneras: 4 a 10 meses
Los animales continúan en sala cunas, la ganancia que tenemos durante este periodo en promedio es de 815 gr/día.
En este periodo continuamos con el consumo de concentrado y pasto, aumentando a 4KG día hasta que salen a potrero, se suspende la leche a partir del tercer mes.
En cuanto a los medicamentos, las terneras se continúan vitaminizando mensualmente e incluimos un protocolo de purga y baño contra moscas el cual se realiza cada dos meses.
Tercera etapa de 11 a 17 meses
Los animales salen a potrero, en esta etapa surgen factores externos que pueden afectar su desarrollo debido al cambio de las salas cunas al potrero, esto genera estrés al igual que las condiciones del clima invierno y verano. Durante este periodo las ganancias son de 700 gr/día. Tratamos de que el lote sea lo más homogéneo posible.
Se prioriza el consumo de pasto y se vuelve a disminuir a 2KG día de concentrado.
Esta etapa es de gran importancia debido a que nuestra meta es llegar a los 17 meses con 400 kilos. Para nosotros, el peso es un factor determinante para servir el animal ya que si no alcanza el peso esperado no es posible llevar a cabo este proceso.
Etapa final:
Cuando confirmamos la preñez de la novilla, esta pasa a un lote independiente donde dejamos al animal comiendo concentrado y pasto hasta los ocho meses de gestación. Al iniciar el noveno mes, se ingresa al hato para empezar la preparación y adaptación del animal. En esta fase se realiza un cambio de concentrado a preparto y se ingresa al establo de ordeño, con el fin de que la novilla naturalice este proceso poco antes de tener su cría.
No obstante, debemos tener en cuenta que este tipo de traslados se realizan mínimo con dos animales. En caso de tener una novilla próxima se reubica con la novilla que cumpla las condiciones requeridas, con el fin de mantenerlas emparejadas y logren adaptarse con mayor facilidad al hato, evitando el estrés que genera el cambio y adaptación a una nueva manada con una jerarquía marcada, en donde por naturaleza extienden sus comportamientos dominantes con los nuevos miembros.
Actualmente nuestra edad promedio al parto en las novillas esta entre los 26 y 28 meses. Sin embargo, seguimos trabajando para reducir y optimizar los tiempos puesto que nuestro principal objetivo es estar por debajo de los 26 meses.
Teniendo en cuenta lo anterior y concluyendo el esquema descrito podemos decir que actualmente contamos con dos lotes (pre servicio y confirmadas) en donde ambos ocupan un 13% del área total de la finca; razón por la cual levantar estos animales nos está impidiendo aumentar el número de animales en producción. En el caso de no tener este 13% ocupado por las novillas, contaríamos con cinco o seis vacas adicionales en producción lo que representaría 30.500 LT – AÑO.
En fincas especializadas en producción de leche se debe aprovechar al máximo la capacidad de la tierra ya que debemos tener el mayor porcentaje de potreros disponibles para el hato lechero.
Nuestros costos: retorno a la inversión
Hoy por hoy un ganadero promedio se demora tres lactancias para cubrir los costos de la crianza, refiriéndonos al mejor escenario. Esto nos lleva a analizar los porcentajes de nuestros gastos totales de la operación. Cuáles son destinados a cubrir esta etapa y cuáles son los rubros que más pesan dentro de la misma. Entre más animales tengamos en la etapa de cría y levante, mayor será el porcentaje de gastos lo que se resume en menor rentabilidad al final del ejercicio, afectando directamente el retorno de la inversión.
Ahora bien, ¿cuáles son los rubros que más pesan dentro de los costos de levantar nuestras futuras productoras?
Como se puede evidenciar en la gráfica, el 46% de nuestros costos hacen parte de concentrados y suplementos, seguido del pasto y la leche.
Para alcanzar el peso ideal, el concentrado juega un papel fundamental; lo que buscamos con esto es brindarle al animal una alimentación adecuada y balanceada. Como se mencionó a lo largo de este artículo, en un principio el concentrado se suministra gradualmente, posteriormente, cuando inicia la recta final y se traslada el animal al hato para prepararlo, se les cambia el suplemento por un preparto.
Al ser el concentrado el rubro más relevante durante la crianza, decidimos trabajar con un suplemento el cual ha generado un ahorro del 28.8% en comparación del concentrado tradicional; decidimos trabajar bajo esta metodología porque consideramos que este es un complemento alimenticio más no como su principal alimento.
Asimismo, al analizar las ganancias de peso, se puede evidenciar una curva de crecimiento ideal, gracias al pasto, el segundo rubro que más pesa dentro de la crianza debido a que este es un alimento completo y el más económico. Sin embargo, muchos ganaderos optan por trasladar a las crías a potreros que se encuentran en escasas condiciones, olvidando que este tiene un rol fundamental para su desarrollo.
En nuestro caso, luego de realizar algunos ajustes de cargas en el inventario total de las novillas y al obtener resultados sobresalientas en el control de pesaje mensual, podemos decir que a la fecha la oferta de forraje es abundante permitiendo que los animales cuenten con una excelente alimentación y óptimo desarrollo.
Por su parte, la lechería aunque es un negocio muy ajustado, hoy por hoy tiene un precio favorable. Este evento pone a pensar a más de uno en si dicho ingreso se quiere percibir en el presente o si tiene el flujo de caja suficiente para proyectar esta inversión a futuro y empezar a recuperarla cuando inicie la etapa productiva.
En conclusión, es de gran importancia identificar y seleccionar las crías para levantar las idóneas. Debemos ser eficientes, contar con procesos estandarizados a bajo costo para que el negocio perdure en el tiempo, ya que este es cambiante donde le impactan factores externos tales como el clima, situaciones económicas y políticas conllevando a desestabilizar y afectar rápidamente la producción.
Jorge Zea
ganaderiafiladelfia@gmail.com
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