Las vacunas son conocidas por todos los productores como una forma eficaz de protección contra las principales enfermedades bovinas y entendiendo un poco más cómo funcionan, sin duda, mejoraría su eficiencia.
El equilibrio en la salud del hato lechero es primordial en todas las etapas productivas del animal para lograr un óptimo desempeño productivo. Desde los recién nacidos hasta las vacas de varias lactancias, la adecuada salud de cada animal participa en todo el hato, para mantener altas producciones y calidad de leche.
Entre las prácticas de manejo sanitario se destaca la vacunación; la prevención, es la solución. Manejar las vacunas correctamente edificaría los planes sanitarios, revisar cómo son las vacunas y qué cuidados tener para que proporcionen máxima protección.
¿Qué es una vacuna?
“Las vacunas son preparaciones que contienen microrganismos, o su fracción, vivos o muertos, responsables por determinada enfermedad. Las vacunas pueden ser atenuadas (cuando existe el microrganismo vivo, pero sin su capacidad patológica) o inactivadas (apenas con una parte del microrganismo o muerto)”
Al ser utilizada en el animal, la vacuna busca estimular el organismo para combatir agentes invasores (patológicos). Con esto, el individuo desarrolla memoria inmunológica protectora de larga duración contra dichos microrganismos. El animal mantiene la inmunidad necesaria para cuando los patógenos de la enfermedad lleguen a infectar, tener capacidad de defensa propia.
Tipos de inmunidad
La inmunización, se puede dar de forma pasiva a través del calostro, anticuerpos de la madre pasan a la cría, inmunizando al recién nacido para enfermedades contra las cuales la madre tenía resistencia. Esta protección es temporal, porque los anticuerpos fueron adquiridos pasivamente, es decir, sin que el ternero genere su propia defensa.
La inmunización activa, a través de las vacunas, puede no significar inmunización inmediata del animal, porque esto depende de muchos factores, capacidad propia del organismo en producir los anticuerpos necesarios contra el antígeno. Siendo así, el proceso de vacunación expone el animal a pequeñas cantidades de los antígenos para enseñarle a defenderse solo; a esto se le llama crear su respuesta inmunológica.
Sin embargo, algunas veces, el organismo del animal puede no generar esta respuesta inmune de forma adecuada. Esto puede suceder principalmente cuando el animal este inmunodeficiente (su cuerpo no produce una respuesta inmunológica adecuada para responder efectivamente frente al desafío de los antígenos). También influye la edad del animal en la capacidad de su organismo en responder al antígeno contenido en la vacuna; un animal que ya está enfermo tampoco va responder a la vacunación. Existen otros factores externos relacionados a la calidad de la vacuna y al manejo correcto de la vacunación como su almacenaje y transporte o intervalos demasiado largos de vacunación. Estos factores humanos impiden que la eficiencia correcta garantice inmunización óptima del animal.
Vacunación y vacunas
Como la vacunación depende de diversos factores que incluyen la capacidad del animal de reaccionar al antígeno implantado artificialmente en su organismo, el ganadero necesita saber que, el objetivo de vacunar sus animales es, ante todo, protegerlos contra las principales enfermedades y propender por un hato más saludable.
Puesto que así estén vacunados, un único animal puede no tener la respuesta inmunológica adecuada, como comentamos anteriormente, se enferma después de un protocolo correcto de vacunación. Las vacunas son herramientas para ayudar a mejorar el nivel de inmunidad del hato como un todo, impidiendo totalmente la enfermedad o disminuyendo su capacidad de transmisión entre los animales y la severidad de los signos clínicos.
Las vacunas son conocidas por todos los productores como una forma eficaz de protección contra las principales enfermedades bovinas y, entendiendo un poco más cómo funcionan, sin duda, mejoraría su eficiencia.
El equilibrio en la salud del hato lechero es primordial en todas las etapas productivas del animal para lograr un óptimo desempeño productivo. Desde los recién nacidos hasta las vacas de varias lactancias, la adecuada salud de cada animal participa en todo el hato, para mantener altas producciones y calidad de leche.
Entre las prácticas de manejo sanitario se destaca la vacunación; la prevención, es la solución. Manejar las vacunas correctamente edificaría los planes sanitarios, revisar cómo son las vacunas y qué cuidados tener para que proporcionen máxima protección.
¿Qué es una vacuna?
“Las vacunas son preparaciones que contienen microrganismos, o su fracción, vivos o muertos, responsables por determinada enfermedad. Las vacunas pueden ser atenuadas (cuando existe el microrganismo vivo, pero sin su capacidad patológica) o inactivadas (apenas con una parte del microrganismo o muerto)”
Al ser utilizada en el animal, la vacuna busca estimular el organismo para combatir agentes invasores (patológicos). Con esto, el individuo desarrolla memoria inmunológica protectora de larga duración contra dichos microrganismos. El animal mantiene la inmunidad necesaria para cuando los patógenos de la enfermedad lleguen a infectar, tener capacidad de defensa propia.
Tipos de inmunidad
La inmunización, se puede dar de forma pasiva a través del calostro, anticuerpos de la madre pasan a la cría, inmunizando al recién nacido para enfermedades contra las cuales la madre tenía resistencia. Esta protección es temporal, porque los anticuerpos fueron adquiridos pasivamente, es decir, sin que el ternero genere su propia defensa.
La inmunización activa, a través de las vacunas, puede no significar inmunización inmediata del animal, porque esto depende de muchos factores, capacidad propia del organismo en producir los anticuerpos necesarios contra el antígeno. Siendo así, el proceso de vacunación expone el animal a pequeñas cantidades de los antígenos para enseñarle a defenderse solo; a esto se le llama crear su respuesta inmunológica.
Sin embargo, algunas veces, el organismo del animal puede no generar esta respuesta inmune de forma adecuada. Esto puede suceder principalmente cuando el animal este inmunodeficiente (su cuerpo no produce una respuesta inmunológica adecuada para responder efectivamente frente al desafío de los antígenos). También influye la edad del animal en la capacidad de su organismo en responder al antígeno contenido en la vacuna; un animal que ya está enfermo tampoco va responder a la vacunación. Existen otros factores externos relacionados a la calidad de la vacuna y al manejo correcto de la vacunación como su almacenaje y transporte o intervalos demasiado largos de vacunación. Estos factores humanos impiden que la eficiencia correcta garantice inmunización óptima del animal.
Vacunación y vacunas
Como la vacunación depende de diversos factores que incluyen la capacidad del animal de reaccionar al antígeno implantado artificialmente en su organismo, el ganadero necesita saber que, el objetivo de vacunar sus animales es, ante todo, protegerlos contra las principales enfermedades y propender por un hato más saludable.
Puesto que así estén vacunados, un único animal puede no tener la respuesta inmunológica adecuada, como comentamos anteriormente, se enferma después de un protocolo correcto de vacunación. Las vacunas son herramientas para ayudar a mejorar el nivel de inmunidad del hato como un todo, impidiendo totalmente la enfermedad o disminuyendo su capacidad de transmisión entre los animales y la severidad de los signos clínicos.
Es necesario recalcar que pueden causar enfermedad y se deben revisar las hembras en qué estado están antes de aplicarlas. Tener en cuenta que la reacción fuerte que produce, la fiebre y descenso en la producción láctea atrasa los animales y se pierde ingreso por venta de leche.
Vacunas muertas
La diferencia radica en que las vivas tienen microorganismos vivos atenuados (solo los virus, las bacterias todas son muertas, ej: leptospira), las muertas tienen microorganismos muertos (virus y bacterias). Vacunas vivas producen respuesta duradera, las muertas son más seguras (vacunas muertas son más estables porque los virus no pueden producir enfermedad).
Precauciones vacunas vivas
La elaboración de vacunas vivas seguras implica un sistema de control estricto para evitar la posibilidad de transmitir conjuntamente otros microorganismos patógenos. Para sumar a la complejidad de este tipo de vacunas, Wilkowsky señaló que “las vacunas vivas deben ser mantenidas refrigeradas estrictamente, lo cual es particularmente difícil cuando se necesitan utilizar en zonas alejadas y de difícil acceso”.
La eficacia de un inmunógeno depende de dos componentes fundamentales: antígeno y adyuvante. Este último contribuye en iniciar y potenciar la respuesta inmune. Sin embargo, al elegir una vacuna no se puede desconocer que existe un balance entre la potencia y seguridad del adyuvante. Este balance debe guardar un adecuado equilibrio para garantizar óptimos resultados.
Las vacunas de la Línea Providean® son elaboradas con antígenos muertos y con el adyuvante Pilatus GHA 500.
Adicionalmente, la vacunación puede reducir la necesidad de usar antibióticos, contribuyendo a la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos.
La vacunación puede minimizar algunas veces los efectos de la enfermedad establecida, ya sea previniendo la enfermedad, o reduciendo los signos clínicos en los animales en riesgo.
Ventajas de Pilatus GHA 500:
¿Por qué los abortos deben prevenirse?
El aborto bovino es una de las principales causas de la baja productividad en los hatos. En una finca promedio con 500 cabezas se pueden perder 75 animales por año debido a los abortos infecciosos.
Las pérdidas pueden ser visibles o invisibles para el productor
Los patógenos más frecuentes que producen abortos son Brucella, Leptospira, IBR, DVB, Campylobacter y Neospora. La mayoría de ellas pueden prevenirse mediante una vacunación efectiva e implementación de un plan sanitario. La vacunación es la forma más económica de prevenir enfermedades infecciosas.
Recomendaciones a seguir para aplicar la vacuna:
- Mantener la vacuna refrigerada entre 2 y 8°C.
- Controlar el volumen de dosis y fecha de vencimiento del producto.
- Calcular 5% de dosis adicionales por mermas ocasionadas en la purga (jeringas), rotura de jeringas y/o frascos.
- Utilizar jeringas limpias.
- Utilizar agujas desechables para administración SC.
- Agitar siempre el frasco antes de cargar la jeringa.
- Respetar las normas de asepsia en la vacunación.
- Vacunar a los animales descansados y sin sed.
- Disponer de medicamentos (adrenalina, dexametasona, antihistamínico) para el caso de presentación de sucesos no esperados.
Los NO de la vacunación
1. No trabajar en horas de intenso calor.
2. No trabajar en días de lluvia o con los animales mojados.
3. No utilice perros.
4. No utilizar picana eléctrica (tábano).
5. No usar agujas y/o jeringas sucias.
Jorge Rodríguez
MV. Esp. MsC.
Director Científico AGV Salud Animal S.A.