La Campilobacteriosis Genital Bovina (CGB) es una enfermedad infecciosa venérea, causada por Campylobacter fetus fetus (C.f.f.) y Campylobacter fetus venerealis (C.f.v.) que se caracteriza por producir mortalidad embrionaria y abortos esporádicos.
La hembra se infecta durante el servicio, mediante el cual, el Campylobacter fetus (C.f.) es depositado en vagina en forma conjunta con el semen pudiendo quedar acantonado en el área cérvico-vaginal o colonizar útero provocando mortalidad embrionaria o aborto.
El agente causal de la Campilobacteriosis Genital Bovina es la Campylobacter fetus subsp. Venerealis, un bacilo corto y fino, Gram-negativos, en forma de coma, que mide 0.3-0.4 mm de ancho por 1.5-2.5 mm de largo. El mecanismo de acción de Campylobacter fetus, es a través de su acción espermicida y los cambios en la mucosa uterina para impedir el avance de la gestación.
En el toro esta bacteria se aloja en el prepucio, no presentando síntomas de la enfermedad sino que actúa como diseminador de esta durante la monta. Las vacas infectadas resultan protegidas transitoriamente contra esta enfermedad pero frecuentemente no resultan libres de la infección en el área cérvico-vaginal. La presencia de Campilobacteriosis genital bovina durante varios ciclos reproductivos, puede ser atribuible a que no sean detectados la totalidad de los animales enfermos, ya sea, por fallas en el diagnóstico, en las medidas de manejo, profilaxis, o a la presencia de hembras portadoras dentro del hato. Estas hembras no siempre son detectadas y tienen importancia epidemiológica por estar persistentemente infectadas y ser transmisoras de la enfermedad de un período reproductivo a otro pudiendo presentar fallas reproductivas o no, con presencia de la bacteria en el área cérvico-vaginal.
Factores de transmisión de la Campilobacteriosis Genital Bovina
Causas debido al macho
En el animal enfermo el C. fetus subsp. venerealis o su biotipo intermedius, se encuentran esencialmente en la luz de las criptas del epitelio, principalmente en la zona del fórnix, pero sin penetrar ni dañar los tejidos. Como única alteración, se encuentra una infiltración de mononucleares (plasmocitos) en la lámina propia (Cobo et al., 2004).
El macho trasmite naturalmente la infección a las vacas y novillas, o viceversa, exclusivamente por contacto sexual. Existe la posibilidad de infectar accidentalmente a un reproductor con instrumental contaminado, también puede transmitirse entre ellos, cuando están encerrados en pequeños espacios o por contacto con material que ha sido ocupado anteriormente por un animal enfermo con Campilobacteriosis Genital Bovina (Kust, 1986).
Causas debido a la hembra
Las vacas y novillas son infectadas naturalmente en el momento del estro por la monta de un toro portador, o por el uso de semen o material contaminado. La transmisión entre hembras por contacto, parece poco probable. En un estudio realizado no se logró implantar la infección en novillas, cuando se colocó una cepa en los labios de la vulva. La misma cepa infecto el 90% de los animales, cuando el inóculo se depositó en la parte anterior de la vagina. A su vez, estas hembras fueron incapaces de transmitir el microorganismo a otro lote sano, cuando se hizo convivir a todos los animales en un sitio limitado. Las hembras, al ser servidas por un toro enfermo, pueden pre-sentar una patogenia variable que depende de su sensibilidad, de la capacidad de transmisión del macho y posiblemente de las características de la cepa infectante (OIE, 2005).
El aparato reproductor no reacciona siempre igual ante la presencia del C. fetus subsp. venerealis, y no es posible explicar satisfactoriamente porque hay animales que se libran rápidamente de la infección, otros que presentan repetición de celos con endometritis, algunos que mantienen la bacteria en vagina, sin perturbar la gestación y unos pocos que abortan. Dado que la vagina es el órgano que primero se infecta y donde la bacteria permanece por más tiempo, debe considerarse el sitio de aislamiento preferido. El hecho de aislar la bacteria del mucus vaginal en el momento del celo, no quiere decir que necesariamente va a interferir en la concepción. Además, si la bacteria está en vagina, no significa que también está en útero (Rossanigo, 1998).
Factores ambientales
La forma más común de transmisión del Campilobacteriosis Genital Bovina es por vía venérea, por ejemplo, en la monta de toros infectados a novillas vírgenes la transmisión y el contagio es del 100%. Otra forma de transmisión es mediante el uso de la inseminación artificial con semen contaminado. El uso de maniquíes, vaginas artificiales y camas contaminadas podrían ser agentes transmisores de la enfermedad (Díaz, 2003).
Sintomatología clínica
En el macho
La Campilobacteriosis Genital Bovina no produce ningún cambio en el comportamiento normal del reproductor, ni modificaciones en su libido o en la capacidad fecundante de su semen. Al finalizar el servicio, debido a su mayor trabajo, los toros pueden mostrar, como única alteración, cierto grado de agotamiento reflejado en una pérdida de estado (Stoessel, 1982).
En la hembra
Es una enfermedad que provoca alteraciones solo en el aparato reproductor y no se detectan perturbaciones en el resto del organismo (Catena et al., 2006). Con la muerte del embrión, a partir del 12° día de gestación, el animal enfermo reinicia los ciclos estruales y sus óvulos no podrán ser fecundados por el medio inhóspito en que se ha convertido la mucosa genital inflamada. No podrá haber gestación, hasta que el proceso inmunitario expulse la bacteria, permitiendo la regeneración del endometrio.
La repetición de celos infértiles, ocasiona un aumento en la cantidad de servicios necesarios para lograr la preñez, con el consiguiente gasto de toros y semen. Se produce un aumento de tiempo entre celo y preñez y es mayor el periodo entre dos partos.
Esta enfermedad se caracteriza por infertilidad transitoria de las hembras, siendo susceptibles todas las categorías de animales sexualmente maduros. Los signos en el hato se manifiestan como repeticiones de celo (a los 27-60 días del servicio), mayor trabajo de los toros, disminución de los porcentajes de preñez, mayor porcentaje de preñez de cola, gran cantidad de hembras en celo al final de los servicios estacionados, presencia de piómetras al tacto (por maceración fetal) y pérdidas tacto-parición. Dichos trastornos reproductivos están ocasionados por la mortalidad embrionaria (antes de los 45 días de gestación) y los abortos antes descriptos (Catena et al., 2006).
Alejandro Córdova Izquierdo1, Adrián Emmanuel Iglesias Reyes1, Juan Eulogio Guerra Liera2, Abel Villa Mancera3,
Jaime Olivares Pérez4, Ma. De Lourdes Juárez Mosaqueda5 y Pedro Sánchez Aparicio6. 2017. Engormix.com.
1.-Dpto. de Producción Agrícola y Animal. UAM. Unidad Xochimilco.
2.-Fac. de Agronomía. Univ. Aut. de Sinaloa.
3.-Fac. de Veterinaria. Benemérita Univ. Aut. de Puebla.
4.-Unid. Acad. de Vet. Ciudad Altamirano. Univ. Aut. de Guerrero.
5.-Departamento de Morfología. FMV-UNAM.
6.-Fac. de Vet., Univ. Aut. del Estado de México.